3 de octubre de 2019

2875- AMANTES.

Bueno, en primer lugar decir que una infidelidad ocasional no es lo mismo que tener amantes. Como mucho podrá llamarse echar una canita al aire, un escarceo propiciado por determinadas circunstancias que tal vez no vuelvan a repetirse y claro, de ahí a tener una amante más o menos fija y constante hay todo un abismo. Constante y por lo tanto amante, era aquella de la que hablaba el gran cantante cubano Antonio Machín, en su canción "Corazón Loco"... Se pueden querer a dos mujeres a la vez y no estar loco. Una es el amor sagrado, compañera de mi vida, esposa y madre a la vez. La otra es el amor prohibido, complemento de mis ansias y al que no renunciaré y ahora puedes tú saber, como se pueden querer a dos mujeres a la vez y no estar loco... 

Inevitablemente surge entonces una pregunta que muchos no saben contestar: ¿Por qué existen infidelidades habiendo amor entre la pareja?. La explicación es imposible de dar aquí y ahora, porque son muchas las causas que la pueden propiciar. De todas formas una de las más frecuentes es la inapetencia femenina. Para gran parte de las mujeres el sexo no es algo que se necesite con la misma frecuencia que en los hombres. Como todos sabemos la excusa de "me duele la cabeza" se ha convertido en chiste y en realidad carece de toda gracia. Si es algo patológico no hay nada que decir y si la falta de ganas es porque esa mujer se queda siempre a medias, tampoco. Lo realmente duro y casi reprobable es cuando la mujer en cuestión siempre está inapetente. Cuando esto sucede hay un serio problema que habría que solucionar, pues cabe que el marido busque fuera de casa lo que no encuentra en ella.

Está claro que cuando entran en juego los amantes hay una ruptura del pacto de exclusividad afectiva y sexual establecido entre la pareja, estén casados o no, por lo que los daños están asegurados. Algunos tienen problemas, económicos y laborales y no dan demasiada importancia a la frecuencia sexual, pero aún así habría que estudiar las posibles causas. La aristocracia e incluso los mismos reyes que tienen criados para todo, también sufren el problema de las infidelidades. ¿Será que se cansan de todo?. Pues eso será. De todas formas esto de las infidelidades no siempre ha estado reprobado, especialmente entre el sexo masculino. Especialmente sucedía entre los matrimonios pactados, pues era poco o nulo el amor que había entre ellos. La relación sexual entre amantes es más placentera pues no sufre ninguno de los problemas matrimoniales. Esa segunda pareja se tiene justamente para desconectar de todo eso.

Claro que mientras hay amor, la infidelidad es imposible pues no hay ojos para nadie más. Si a ese amor incondicional le sumas aquello de "no hacer lo que no te gustaría que te hicieran" la fidelidad está garantizada. El aburrimiento, la rutina y la falta de amor verdadero es sin duda el principal abono para que crezca la infidelidad. Es el amor el que mueve todos los hilos para que esto no pase y es la comunicación entre la pareja la que resuelve todos los conflictos amorosos. Decir "me duele la cabeza" no es suficiente. Seguramente sería mucho mejor dar cualquier otra excusa, que incluso pueda ser reversible... Todo menos hacer peligrar la relación de pareja. No sentirte deseado es la mejor excusa para buscar a esa tercera persona que te valore más positivamente. Cuidado pues. Dentro de la pareja el sentimiento de soledad es culpable de muchas infidelidades...

Louise (la monja negra) hija de María Teresa de Austria y de Nabo.
Como he dicho antes, los propios reyes han sido infieles desde muy antiguo. Muchas veces ellas fueron públicas y poderosas, pero otras manejaron los hilos desde la alcoba. Siempre se dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, lo que viene a decirnos que el hombre propone y la mujer dispone. Jamás hubo monarquía sin escándalo sexual. La propia reina de España Isabel II, tuvo hasta once embarazos de sus diferentes amantes y siempre asumidos oficialmente por su marido, algo bastante extraño puesto que la indulgencia solo solía caber cuando era el varón el que cometía la infidelidad. Paradójicamente esto solía ser extremadamente bueno para la realeza, tan proclive a tener hijos enclenques debido a la consanguinidad. Los hijos bastardos siempre estaban sanos. El problema se presentaba cuando la reina se liaba con un paje de color. Y a éste, no sé por qué, le llamaban Nabo...

RAFAEL FABREGAT

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