En realidad nos referimos a la postura sexual del "misionero", la más conocida y utilizada en todo el mundo a la hora de darle una alegría al cuerpo, propio y ajeno. Como todos saben se trata de que la mujer esté acostada boca arriba con la piernas abiertas, mientras el hombre se coloca encima cara a cara. Hay mil maneras de hacer el acto sexual entre hombres y mujeres pero, por algo será, esta es la más utilizada y todo lo demás son variantes para que el asunto no caiga en el aburrimiento. En cuanto al nombre de "postura del misionero" tiene su historia, pero no es cierto que esta denominación sea histórica, ni mucho menos.
Mucho se ha escrito tratando de explicar el origen de esta denominación y como no podía ser de otra manera se ha dicho hasta la saciedad que esta postura sexual proviene de los tiempos del Descubrimiento de América puesto que los misioneros jesuitas aconsejaban a los indígenas que fuera esta y solo esta la forma de practicar el sexo con sus mujeres, motivo por el cual se le llamaría a esta práctica la "postura del misionero". Sin embargo hay que decir que esta postura ya se utilizaba por las antiguas culturas y civilizaciones, pues existen numerosos grabados de época griega y romana en los que se practica en sexo de esta forma. Lo mismo sucede en dibujos y grabados del Imperio chino e inca precolombino que demuestran con pelos y señales que esta forma de practicar sexo es tan antigua como la humanidad.
En cuanto a su denominación, una vez más debemos hacer incapié en que hubo un tiempo en que la Iglesia Católica recomendó utilizar única y exclusivamente esta posición sexual, por considerarla la más recatada y efectiva a la hora de procrear. En el siglo XIII el teólogo y fraile dominico Tomás de Aquino, después santo, fue uno de los personajes que más tiempo dedicó a promulgar el uso de esta postura sexual. Sin embargo nunca fue conocida por el nombre "...del misionero", sino que se la llamaba la "postura angelical o de la serpiente". El hecho es que esta denominación no aparece hasta mediados del siglo XX, en un libro escrito por Alfred Kinsey en 1948, mundialmente famoso por el 'Informe Kinsey', relativo al comportamiento sexual de los seres humanos. De todas maneras el nombrecito de marras fue una mala interpretación de Kinsey sobre la obra consultada.
Malinowski, autor del libro consultado por Kinsey para escribir el suyo, no utilizó en su libro la expresión 'postura del misionero' sino que fue un error de interpretación de Kinsey lo que hizo que esta postura sexual comenzara a ser denominada de esa forma, especialmente a partir de la década de 1960 cuando en todo el mundo se puso de moda la liberación sexual.
Habida cuenta el enorme éxito editorial, el nombre de esta postura sexual fue ampliamente difundido en todo el mundo y ha quedado fijado como tal.
Queda pues aclarado que, por mucho que la Iglesia Católica promulgara las bondades de esta forma de practicar sexo, la denominación "postura del misionero" se la debemos a Alfred Kinsey. Nada tiene que ver por tanto con la llegada de los misioneros españoles a tierras americanas y menos aún a los conquistadores de las tres carabelas de Colón.
RAFAEL FABREGAT
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