Pues sí, ¡solo faltaría...! Me refiero al último desatino de Donald Trump, sobre el muro que pretende construir en la frontera con México y que sea el vecino quien lo pague. ¡El que quiera muro que corra con los gastos!. Si el presidente mexicano Peña Nieto tiene lo que hay que tener, ¡vamos, ni un ladrillo!. Y esto no es más que el comienzo... ¡A qué mala hora, poner a ese chulo en la presidencia de los EEUU!. ¿En qué estarían pensando los votantes a la hora de apoyar a ese elemento?. Yo, es que no lo entiendo... En fin, ellos sabrán.
De momento, el presidente mexicano ha dicho que (para eso) ni un dólar. Vamos, que no cuente con ayuda mexicana para semejante desatino.
Claro que es difícil luchar contra los grandes y si 'el chulo' se empeña en que el muro tienen que pagarlo los mexicanos...¡Ay, ay!. Porque, claro, ¡hay tantas formas de cobrárselo...!
Está claro que el tramposo de 'Tramp' (Trump) no espera colaboración por parte de México para la citada obra y así lo ha expresado al decir que "México 'devolverá' el coste de las obras del muro".
Es decir que, aunque no haya colaboración voluntaria, será Mexico quien acabe pagándolo.
Veremos que es lo que pasa. Está claro que Mexico necesita a los Estados Unidos, su mayor cliente, pero también los norteamericanos necesitan de México, así que, habrán de sentarse a charlar un ratito. Parecer ser que al prepotente Trump le gusta mucho el negocio de la construcción...
Ambos mandatarios deberán dialogar y negociar. Especialmente para mantener los acuerdos de libre comercio y que el 'loco de la colina' quiere tumbar.
Como es natural México debe aprovechar la 'sombra' del árbol vecino para desarrollarse, pero Trump es un hueso duro de roer y su intención es que la industria y sus puestos de trabajo se queden en Estados Unidos. Habrá que buscar el entendimiento, pues el sol sale para todos. Las amenazas de Trump a las empresas que pretendían trasladar sus factorías a tierras mexicanas no han gustado a Peña Nieto y menos aún a los mexicanos. Solo el diálogo podrá crear condiciones convenientes para ambas partes.
La política es un río que debe fluir en ambas direcciones... Cuando una de ellas lo quiere todo para si... ¡no hay nada que hacer!.
RAFAEL FABREGAT
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