¡Ay amigos!. Hay cosas que a cierta edad ya no se pueden hacer... Y no hablo de hacer el amor todos los días. ¡Que más quisiera yo, con lo sano que es eso!. Eso ya pasó a la Historia, como pasan tantas cosas todos los días. No, no van por ahí 'los tiros'. Hay una cosa que todos podemos hacer, hasta los últimos días de nuestra vida, independiente de la edad y hasta incluso de la salud, si el cerebro no rige adecuadamente...
Se trata de los abusos del comer y del beber, algo que los mayores ya no deberíamos hacer tampoco y que tenemos la mala costumbre de saltarnos 'a la torera' con aquella envenenada frase de: "total, por un día"... Todos sabemos que, en realidad, no se trata de un día, sino de un día tras otro. Ya que estamos en las fechas que estamos, empezaré justamente por ellas para contar los días de 'uso y abuso' de las reuniones festivas (con amigos o familiares) que en nuestra zona se celebran. Fiestas y comilonas que destrozan la salud de jóvenes y viejos, pero especialmente de estos últimos, porque los jóvenes todo lo tienen joven y el estómago también...
Que si la Nochebuena, la Navidad (2 días), la Nochevieja, el Año Nuevo, el Roscón de Reyes, Reyes, Fiestas de San Antonio, Día de los enamorados, Carnaval, Pascua Florida (2 días), Día de San Vicente, Fiestas de Mayo (10 días), Pascua de Pentecostés, San Pedro y San Pablo, Fiestas de Agosto (10 días), Día de la Comunidad Valenciana, Halloween, Feria de San Andrés (2 días) y Fiesta de la Inmaculada. Eso, sin contar las reuniones familiares de cumpleaños, bodas, bautizos y comuniones... Aquí en España (menos mal) no se celebran con comida los funerales, pero todo lo demás... ¡Ala, venga a comer y beber, como si no hubiera un mañana...! Pero, ¿quien acaba con eso, mientras la salud todavía lo permita?. Pues nadie amigos, nadie, porque vivimos solamente cuatro días... ¡y dos son durmiendo!.
Y claro, uno ya no está para esos trotes, pero todos esperan que sea otro el que corte 'el bacalao'. ¿Sabéis qué pasa?. Que todos tenemos claro que eso (lo de comer y beber) es lo último que nos queda a los viejos y cuando cortamos eso, siempre por motivos de salud, se ha terminado todo. No, no hay más y todos lo sabemos. El caso es que cada uno de esos 'usos y abusos' nos acerca un poquito más al sobrepeso y con él a la hipertensión, el colesterol, la diabetes, los triglicéridos y todos los problemas cardiovasculares que de ello se derivan. Es decir... ¡al final del camino!. Ahora me tendréis que perdonar... Os dejo porque hoy, DÍA DE AÑO NUEVO, comemos con los hijos y nietos... (Uffff, que sea lo que Dios quiera).
RAFAEL FABREGAT
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