11 de enero de 2017

2318- LOS ÁNGELES TAMBIÉN MUEREN.

Vesna Vulovic, la azafata serbia que en 1972 sobrevivió a una caída, desde 10.160 metros de altura, murió por causas naturales la víspera de la pasada Nochebuena a los 66 años de edad. Tras varios días sin responder al teléfono, un cerrajero contratado por las autoridades ha abierto la puerta de su casa y se ha confirmado el hallazgo de su cadáver.

Vesna Vulovic no es que fuera un 'angel', pero casi, pues voló sin paracaídas desde más de 10.000 metros de altura sin matarse. El nombre de la guapa azafata saltó a los periódicos el 25 de Enero de 1972 cuando el vuelo 367 de la compañía JAT Airways, en la que Vesna Vulovic era azafata de vuelo, explotara en el aire partiéndose en dos. Al parecer una emergencia hizo que la destinaran a ese vuelo entre Copenhague y Belgrado cuando en realidad no le correspondía. 
En el momento de la explosión la azafata de 22 años, se encontraba en la cola del aparato. Eso es al menos lo que decía el informe oficial, si bien parece ser que estaba en la sección central del aparato a la altura de las alas, como corroboró la persona que la sacó de entre el fuselaje y siendo ella la única superviviente. Desde entonces figura en el Libro Guinness por ser la primera persona que sobrevive a una caída desde semejante altura. 

La parte trasera del avión apareció intacta tras caer sobre la pendiente nevada de una montaña en ángulo favorable. Una llamada anónima al diario Kvällsposten de Malmö (Suecia) se adjudicó el derribo del avión diciendo ser el miembro de un grupo nacionalista croata quien colocó la bomba en el aparato. En dicho vuelo viajaban 28 personas, entre pasaje y tripulación. Las lesiones de Vesna Vulovic incluían fractura de cráneo, las dos piernas rotas y tres vértebras que la dejaron paralizada de cintura hacia abajo durante un tiempo. Recuperada de sus lesiones, Vesna trabajó en labores administrativas de la compañía hasta que un tiempo después y tras varias operaciones de cirugía recuperó la movilidad de sus piernas y volvió a volar, aunque solo de forma esporádica. Su recuperación fue casi milagrosa, aunque nunca recordó el accidente. Lo más próximo que recordaba era su viaje a Trípòli, realizado un par de semanas antes de la explosión del DC-9-32. Debido quizás a ese fallo de memoria, la azafata nunca tuvo miedo a volar de nuevo. En 1990 fue despedida por criticar al presidente yugoslavo Slovodan Milosevic, ya que su condición de heroína nacional impidió detenerla. Destacada activista, siguió participando en la política de Serbia hasta el final de sus días. En Enero de 2009 la emisora alemana ARD emitió una entrevista entre periodistas checos y holandeses que ponía en entredicho el accidente sufrido por dicho aparato. En su teoría decían que el avión pudo se derribado tras su despegue, por error de los radares militares. 

La explosión y altura indicada por el gobierno sería pues una manera de enmascarar el error del Servicio de Inteligencia de Checoslovaquia, ya sucedido en otro accidente similar pocas semanas antes. 
Los periodistas afirmaban en dicha teoría que las autoridades se inventaron la explosión a gran altura cuando, en realidad, en aparato fue derribado por las Fuerzas Aéreas Checoslovacas cuando apenas había alcanzado unos centenares de metros. La Autoridad Checa de Aviación Civil rechazó la teoría periodística, calificándola de conspirativa, ya que las cajas negras fueron analizadas y certificadas en su día en Amsterdan (Holanda) confirmando la versión oficial de ataque terrorista, incluyendo la desintegración de la nave por su elevada altitud. La organización Guinness, nunca le retiró a Vesna Vulovic el título de Récord Guinness entregado en su día.

RAFAEL FABREGAT

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