25 de septiembre de 2017

2493- LA TENIA.

Es una simple cuestión de profilaxis. Sentarnos a la mesa sin habernos lavado las manos y comer carne o pescado no suficientemente cocinado, es motivo sobrado para que ese asqueroso gusano se instale entre nosotros. Para quien no lo sepa la Tenia, también llamada Solitaria, es un gusano parásito que se alimenta de su portador, pudiendo ocasionarle serios problemas de toda índole. Nace y vive entre personas y animales de zonas miserables donde, por falta de higiene, la comida entra en contacto con los excrementos de los demás. Imposible hasta hace bien poco pensar que esta plaga pudiera afectara a una región como Cataluña, siempre con hábitos de trabajo e higiene escrupulosos. Pero los tiempos cambian, todo cambia. El mundo de hoy ya no es un coto cerrado, como lo fuera antaño. La gente viaja mucho y en Cataluña ya no solo viven catalanes de tronco o raíz y ni siquiera los de esqueje se comportan como ellos. 

Muchas fronteras fueron derribadas y la gente inquieta y poco amante del trabajo, viaja de aquí para allá en busca de un mundo mejor. ¡Fíjense en los apellidos...! Un mundo en el que otros invierten y producen, mientras ellos se dedican a vivir como reyes, como es costumbre en los parásitos. En estos últimos tiempos Cataluña ha sido colonizada por la Tenia y erradicarla no va a ser ni mucho menos sencillo. Es más, puede darse el caso de que la infección se extienda a otras regiones y desemboque en un conflicto de carácter nacional. Esperamos que no sea así, pero tengamos en cuenta que, para hacer honor a su nombre, las únicas actividades de la Tenia son comer y reproducirse. Cuando existe el más mínimo riesgo de que su forma de vida se pueda ver alterada, se multiplica con mayor frenesí si cabe, puesto que es hermafrodita. Esto significa para el portador un aumento de la comezón, cuando no de otros efectos más graves e insoportables. Extraño, lo de morder la mano que te da de comer, pero así son las cosas. 

Follar y joder son sinónimos, pero no en este caso. Para follar la Tenia no busca ayuda pues se basta por sí sola, pero para joder necesita ayuda y no poca, ya que son muchas barreras las que hay que derribar. Hay que poner toda la carne en el asador, pues se trata de defender la propia existencia. La Tenia 
nunca ha sido un parásito fácil de controlar y menos aún en estos momentos. A pesar de las modernas tecnologías, acabar con las plagas de parásitos es más difícil que nunca. Yo diría que quien crea la solución es el mismo que crea la plaga, a fin de que no le falte el trabajo. Como agricultor recuerdo que unas décadas atrás la mosca de la fruta no existía, ni el barrenillo, ni la fastidiosa del almendro o del olivo... El pulgón se mataba sin ninguna dificultad, puesto que no había desarrollado mecanismos de autodefensa. En fin, eran otros tiempos. 

A mediados del siglo XX, la Tenia era casi una plaga pues eran muchos los pobres afectados. Con hasta cinco metros de longitud, las lombrices y el propio parásito se dejaban ver en el momento de defecar pues una parte del mismo quedaba colgando del ano. En el caso de los niños, las madres tiraban del parásito buscando la manera de deshacerse de bicho tan peligroso que vive a expensas del portador, dejándolo sin recursos. Trabajo inútil. No había manera de exterminarlo puesto que se rompía y, como las lagartijas, volvía a crecer en pocos días. En España, tras unas décadas de cierta tranquilidad, la plaga ha vuelto a hacerse visible. Es lo que pasa, la Tenia solo muere si es la cabeza lo que se logra seccionar, pero como la cabeza siempre está en lo más alto... Difícil, difícil papeleta exterminar a un parásito que es especialista en lo suyo, chupar la sangre de los demás. 


Como todos los parásitos, la Tenia es muy rebelde y muy difícil de eliminar, aunque no imposible. Esta especie que prolifera actualmente por Cataluña es de gustos sibaritas. Prefiere una buena paella, las gambas a la plancha y la fideuà con chipirones, acompañado todo ello de una buena botella de vino blanco fresquito. No se deja conquistar con sopa de fideos o hervido de patatas con verdura, no. O se accede a su estómago o, sin remordimientos de ninguna clase, te chupa los nutrientes causando una profunda debilidad y algunas veces hasta la muerte. A este sistema de fijación o cabeza, le sigue el cuello y un conjunto de segmentos que llegan hasta la cola, todos ellos repletos de huevecillos encargados de la supervivencia de la especie. Como en pleno siglo XXI ya no está de moda lo de cortar cabezas, las únicas soluciones que se me ocurren son engordarla más si cabe, o inhabilitarla a perpetuidad para cualquier cargo público. ¡Que trabaje!. No veo otra solución...

RAFAEL FABREGAT

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