Así definen las redes al independentista catalán. Hombre de cuarenta años que, principalmente, vive en un pequeño pueblo de Lérida o Gerona. Nada de ciudadanos de las grandes urbes, que por lo visto tienen cosas más interesantes en las que pensar. El perfil del los que quieren la independencia para la Comunidad Autónoma Catalana es el señalado anteriormente. Un cazurro y desconfiado patán destripaterrones. No, no lo digo yo, sino los datos que arrojan los propios sondeos de la Generalitat de Cataluña. Parece una burla grotesca, pero así son las cosas. También se dice en esa misma noticia que el número de zafios está bajando rápidamente a tenor de las bajas expectativas de éxito y actualmente serían un 41,1%, frente a un 49,4% que son partidarios del NO, especialmente mujeres.
El restante 9,5% de los posibles votantes se niegan a opinar, puesto que todo este movimiento les parece una insensatez y una burla al sentido común. Ellos van a su trabajo, a sus obligaciones públicas y privadas, a lo que les proporciona el sustento y el bienestar de su familia, a lo que en verdad interesa. Los movimientos políticos para arañar dinero y poder, que los hagan los trepas de turno, los únicos a quienes en verdad interesan. Pues no está mal pensado. También a mi me gustaría apuntarme a esta inmovilidad, aunque no lo considero viable, puesto que si todos hiciéramos lo mismo los sinvergüenzas se nos comerían vivos. Buenos son ellos. No, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Son demasiado peligrosos y debemos luchar para mantenerles a raya.
Nos preguntamos cuántos son los cazurros... Pues bien, lo único que sabemos es que están en minoría y retrocediendo, que ya es mucho saber y mucha nuestra alegría. Más aún se hundieron los votos a favor cuando se les preguntó a los entrevistados si querrían que Cataluña fuera un Estado Independiente. Ahí ni siquiera pudieron llegar al 35%, porque una cosa es ordeñar la burra y otra muy distinta comprar las algarrobas.
También quedó claro en la escuesta que los hombres son más partidarios del SI que las mujeres. Una vez más se demuestra que el sexo femenino es más prudente y sopesa de forma más inteligente los pros y los contras antes de emitir su opinión. La encuesta de la Generalitat catalana ha obtenido un 42% de votos masculinos y un 40% de los femeninos pero, como se ha dicho anteriormente, las cifras más altas en el medio rural, entre hombres de entre 35 y 50 años y ciudades de menos de 10.000 habitantes.
Mucho menos independentistas son los que viven en grandes urbes y los mayores de 50 años. Los primeros porque, como se ha dicho, tienen otras cosas más interesantes en las que pensar y los segundos porque saben que estos movimientos solo sirven para beneficio de los políticos trepas y para darse cabezadas contra la pared. Más de 3 siglos llevan con esa matraca, aunque solamente en los periodos en que las libertades se lo permiten. Mientras la gente común aprovecha esa libertad para vivir de forma más digna, los políticos trepas y sus acólitos lo hacen para intentar arañar prebendas a las que no pueden acceder por el conducto habitual del voto ciudadano. Habrán de esperar un poco más...
RAFAEL FABREGAT
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