10 de septiembre de 2017

2486- PRIMERA CESTA DE SETAS 2017.

Una vez más la suerte no es para quien la busca, sino para quien la encuentra... No tenía la más mínima intención de ir ayer a buscar setas, pero hoy me caducaba la ITV y llamé para que me dieran cita en Cantavieja para el próximo sábado y aprovechar para recoger ese mismo día mi habitual encargo de patatas al agricultor de Mosqueruela, que tiene que recogerlas la semana que viene. Está seco y no hay setas pero al menos mataré dos pájaros de un tiro, cumpliendo con mi proveedor y con mis obligaciones de Inspección Técnica evitando alguna posible multa. Cuando llamé al de las patatas le pregunté si había llovido y me respondió que poco y solo por determinadas zonas, por lo que mis ansias de búsqueda quedaron lamentablemente relajadas. Tal como había previsto, desde las oficinas de la ITV de Cantavieja me dieron cita para primera hora del próximo sábado día 16/9. 

En verdad ya tenían el día completo pero al decirles que el plazo me caducaba ese mismo día me hicieron un hueco. Sin embargo cual no sería mi sorpresa al sonar el teléfono hacia las 11 h. de la mañana... Eran los de la ITV que me llamaban para decirme que habían tenido una anulación y podían pasarme la inspección esa misma mañana a las 12,30 h. Les dije que sí, aún a sabiendas que había de por medio más de 100 Km. de malas carreteras y necesitaba hora y media para llegar. Quizás para vigilar mi conducción mi mujer quiso acompañarme y a la hora de la cita llegábamos a Cantavieja y tras pasar una inspección, que resultó favorable, salimos hacia Mosqueruela para inspeccionar el terreno. Paramos en uno de los lugares de búsqueda que tenemos en esa zona y el terreno estaba completamente seco y sin rastro alguno de setas de ninguna índole. 

Seguimos la pista en dirección hacia Mosqueruela, viendo decenas de coches aparcados en cunetas y accesos de pistas forestales. Yo es que no entiendo esos comportamientos. Conocedor de los puntos exactos en los que mirar, cuando llego y no veo setas, ni buenas ni malas, me doy media vuelta y marcho a otro lugar. Si la tierra está seca, ¿qué sentido tiene meterte en el monte para no encontrar nada?. Marchamos a otro punto del término municipal, totalmente opuesto al anterior y nada de nada. Seco. Era la una del mediodía y tras reservar mesa para comer en el Rte. El Molino partimos hacia otra zona opuesta a las anteriores. Era demasiado tarde, pero habida cuenta el poco tiempo que hace falta para ver que está seco y que no hay seta de ninguna clase, merecía la pena comprobarlo y no perder más tiempo y gasolina subiendo la semana siguiente. 

Cuando llegamos vimos que efectivamente la humedad brillaba por su ausencia, pero una semana antes una de mis hijas había estado allí con su familia y allí había llovido. Mi mujer, ya completamente desengañada, ni siquiera quiso entrar al pinar.
- No te alejes mucho que es la una y media -me dijo.
Pensé que no valía la pena meterse en el monte estando seco y teniendo mesa para comer a las dos de la tarde, pero quise echar un vistazo en el claro anterior. La sorpresa fue mayúscula. En apenas veinte minutos llené buena parte de la cesta que llevaba. Aquí dos, allá cuatro, hasta encontrar incluso un grupo de más de una docena. No me lo podía creer. Silbé para ver si mi mujer quería participar de la fiesta. El vehículo apenas estaba a 100 metros del lugar en que yo buscaba pero, se había levantado un vientecillo frío y mi mujer se había metido en el coche y no me oyó. 

Seguí recogiendo setas y cuando llegué al coche, tampoco ella se lo podía creer... 
Sin apenas meterme entre los primeros pinos, ¡dos tercios de la cesta en veinte minutos!. 
Contentos y felices nos encaminamos hacia el restaurante. 
Menos mal que habíamos reservado mesa, pues la sala estaba a rebosar. No me acuerdo que pidió mi mujer. Yo unos cogollos de Tudela con espárragos y anchoas y unas judías blancas con chorizo, morro y oreja; regado todo ello con una botella de vino rosado. De postre cuajada de leche de oveja, café y copa de Terry. 
Siguiendo nuestra costumbre no volvimos al monte. Hay que dejar que la fiesta siga para días posteriores. Con la ITV pasada, el coche bajaba alegre, como sus dueños. Todavía llegamos a tiempo de ver el final de La Vuelta, etapa 20, ganada por Alberto Contador...

RAFAEL FABREGAT

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