29 de enero de 2017

2334- OYMYAKÓN, EL PUEBLO MÁS FRÍO.

Pues sí amigos, lo han oído bien, Oymyakón es el pueblo más frío del planeta. Templado no podía ser, estando en Siberia y es que estos rusos... Yo es que no lo entiendo. ¡Como si no hubiera mejores lugares en el mundo donde vivir!. Bueno, en realidad está situado dentro de la República de Sajá, un sujeto federal del Lejano Oriente, pero región rusa al fin y al cabo. Imagino que estarán preguntándose cual es su temperatura, para ser catalogado con el pueblo más frío del mundo... Pues bien la temperatura oscila allí entre los -50 y los -72 grados bajo cero. (-50ºC / -71,2ºC)
Esto me hace recordar que en la latitud de la mayor parte de los lectores de este Blog los jóvenes, cuando salen del bar o de la discoteca, no tienen prisa por irse a dormir y suelen charlar en la calle un ratito para comentar lo acontecido durante el día o los planes para el día siguiente. 

No creo yo que en Oymyakón tengan esas mismas costumbres... ya que podrían muy fácilmente quedarse tiesos. La media de su invierno (de nueve meses de duración) es de -60ºC y no me cabe en la cabeza cómo pueden haberse juntado 2.300 personas para vivir allí, en condiciones tan extremas. Lo cierto es que hasta el año 2010 la población nunca había superado los 400 habitantes, que ya me parecen demasiados, pero los intereses rusos con el gas y el petróleo... Dicen que las chicas de ese pueblo tienen tipazos de infarto, pero a mi que no me esperen. A los escasísimos despistados que van allí con su coche les avisan de antemano que no paren el motor de sus vehículos antes de meterlos en el garaje puesto que después ya no podrían arrancarlo, al congelarse el combustible cuando se sobrepasan los -45ºC.

La carretera que puede llevarnos a Oymyakón (pero que esperamos no pisar nunca) se llama la 'Carretera de los Huesos' ya que fue construida por presos de la dictadura soviética a lo largo de casi 20 años. Decenas de miles de aquellos presos están sepultados bajo la calzada, muertos por el intenso frío y las condiciones de esclavitud con las que trabajaban. Las obras comenzaron en la década de 1930 por orden de Stalin, que buscaba las riquezas siberianas de la región de Yakutia. Los presos del Gulag eran la mano de obra perfecta, abundante y gratuita. La gente la llama 'la carretera' y todos se entienden, puesto que no hay ninguna otra. La capital de la región es Ust-Nera, un lugar sin duda animadísimo, pues por allí se goza de una temperatura que ya roza los 25 grados, naturalmente bajo cero.

Encontrarse con alguien por la calle es una auténtica casualidad, entre otras cosas porque no hay calles propiamente dichas y también porque, de no ser totalmente imprescindible, sus habitantes están permanentemente dentro de sus casas. Desde luego, en el caso de encontrarse con algún conocido, las ganas de conversar en la calle son totalmente nulas. Como mucho, si se trata de un familiar muy cercano, ¡hola! y ¡adiós!. Un año se alcanzaron los 16ºC de temperatura lo cual quedó allí grabado y registrado como si fuera el Guiness de los récords. En estas latitudes hace falta luz para todo, pues el día tan solo dura tres horas. El pescado queda ultracongelado a los 30 segundos de sacarse del agua y los niños están exentos de acudir a clase cada día que se sobrepasan los -50ºC, que son los más. 

Muy pocas casas tienen agua corriente y tanto el agua como la leche se reparte en bloques que les dejan cada mañana a la puerta de tu casa. Como es natural, no habiendo agua, tampoco el baño está en el interior de la casa por lo que, adosado a la misma o a muy escasa distancia, hay un lugar para hacer las necesidades. Solo el Hotel, porque hay un hotel de 10 habitaciones para turistas despistados, tiene calefacción central y por consiguiente agua líquida y hasta incluso caliente. El principal 'combustible' que tienen para combatir el frío es el vodka motivo por el cual, a pesar de las bajas temperaturas, el carácter de los vecinos es bastante alegre. Me imagino que en ese pueblo no hará falta tomar pastillas de Viagra, pues allí no conocen la palabra flacidez. Solo las palabras duro, o muy duro están en su vocabulario.
¡Vamos que no, que no me esperen, que no voy...!

RAFAEL FABREGAT

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