¡Vaya cosa fea, pequeña y mustia...! Nos referimos a lo que un tal Torra tiene dentro del escroto y lo hacemos en base a sus afirmaciones hechas esta mañana en Madrid, al asegurar que "si la sentencia del procés no es absolutoria el independentismo volverá a ponerse en marcha". Dicho de otro modo: "Si se condena a nuestros compañeros, no aceptaremos la sentencia y actuaremos en consecuencia. La no cooperación con la injusticia es una obligación moral..." ¡Uy, que miedo!. También nosotros, el resto de españoles, le vamos a leer el futuro: "Como no se cambie pronto el chip, con respecto al asunto del independentismo, no hará falta que el Gobierno tome cartas en el asunto, ya que serán los propios catalanes quienes se los carguen a ellos".
La explicación es bien simple: Sus tejemanejes son una ruina total para Cataluña y para los catalanes de pro. No para los que organizan las algaradas, puesto que ellos viven de eso y por lo tanto siguen cobrando igual. Pero en Cataluña hay mucha más gente perjudicada que favorecida, por el independentismo. El día que a esa gente se le acabe la paciencia van a rodar cabezas. No en el sentido literal de la palabra claro pero, ¡cuando empiezan a faltar las habichuelas...! La gente está cansada y con razón, de que cuatro se hagan millonarios mientras cuatro mil se mueren de hambre, motivo por el cual el número de voluntarios a la causa no para de bajar. Todos los "derechos" que se han tomado cuatro caraduras de forma unilateral, tendrán que devolverlos al pueblo español que es el también el catalán, propietario y garante de la libertad.
Cuando quieran haremos un referéndum nacional al respecto. Y, tal como en justicia sucede, ¡que pague los gastos el bando perdedor...! No hay derecho a la injusticia. Ante cualquier discrepancia, los gastos de la Justicia son y deben ser gratuitos para el ganador, pero no para quien se la tome por su mano, alegando la libertad que le ofrece la Democracia. La actuación del facineroso nunca es en base a la libertad, sino al libertinaje de quien se aprovecha de esa libertad malentendida. Eso es dictadura. Abuso partidista del bien general. En la cárcel, no hay derecho a pedir "paella" o "mongetes amb butifarra" el día que tocan lentejas con chorizo, sobre todo teniendo en cuenta que el chorizo abunda y por lo tanto va más barato...
RAFAEL FABREGAT
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