2292- LA MUJER, ¿SEXO DÉBIL?.
Qué va, qué va... ¡De sexo débil, nada de nada!. La Historia nos dice, con razón, que 'detrás' de un gran hombre siempre hubo una gran mujer. Pero la verdad es que no siempre estuvo detrás sino que, aunque en público lo disimulara, la mujer estaba a su lado y muchas veces delante. No por nada, sino por su mayor capacidad. Personalmente creo que el calificativo de 'sexo débil' sobra pero, si acaso fuera obligado adjetivarlo a alguien, tendría que ser al hombre y no a la mujer. A la vista está, nos ganan en todo por goleada. Para más 'inri' la Universidad de Otago ha concluido una investigación que revela que las mujeres transmiten a sus hijos varones una serie de genes defectuosos que, al parecer, son culpables de algunas enfermedades masculinas y de la menor expectativa de vida de los hombres. ¡Lo que nos faltaba oir...!
Dicho esto queda claro que, en el caso de existir el sexo débil, lo somos los varones. Y para colmo de males resulta que las culpables son nuestras madres que transmiten, al hacer esa distinción malévola con los hijos varones y no con las hembras. Es que no me lo puedo creer. ¡ A los niños nos condenan transmitiéndonos un ADN mitocondrial defectuoso y se quedan tan anchas...! Este descubrimiento lo ha desvelado el genetista neerlandés Neil Gemmel en la convención anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Hembriología, celebrado en Lisboa. Este estudio desvela principalmente enfermedades de corazón, fertilidad, nervios y capacidad cognitiva, todos ellos derivados de esta problemática heredada de nuestras madres.
Dejando aparte el tema del posible defecto heredado, al menos en el mundo occidental, lo del machismo es agua pasada. La mujer, a no ser que esté coja, ya no camina detrás del marido como quizás suceda aún en los países islámicos. Tampoco delante. Ambos tienen los mismos derechos y obligaciones, por lo que corresponde caminar uno al lado del otro, en todos los órdenes de la vida. Más aún en este momento en el que en muchos hogares la mujer trabaja, mientras el marido quizás está en paro y le toca hacer las 'labores de la casa' hasta ahora siempre reservadas a la mujer. Porque, ¡vaya que los hombres no somos comodones ni nada...! Acudimos a la mesa cuando ya está puesta y nos levantamos tras el último bocado derechos al sofá, mientras ellas recogen y lavan los platos.
Claro que, últimamente las cosas están cambiando...
RAFAEL FABREGAT
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