Pues sí amigos, los años pasan para todos y también para mi. A las cuatro de la tarde de ayer, día 7 de Diciembre del año 1973, me casaba no solo con la más guapa de mi pueblo, sino también con la más "maciza" y la de mejores sentimientos y cualidades. El bombón medía 1,72 de altura que, para la época, era todo un monumento. No, no estaba delgada como ahora gusta a todo el mundo. Eran 56 kilos pero no podéis imaginar lo bien repartidos que estaban. Trabajadora incansable y carácter amable y respetuoso con amigos y desconocidos, se hacía querer por todos los que la conocían. En fin, no sé como decirlo pero era toda una joya a la cual aspiré desde que era una mocosa. La relación había empezado 4 años antes, cuando yo contaba 20 años y ella 16. ¡Buá, no quiero ni contaros...! Dicen que la imaginación es muy poderosa... Pues bien, a la de la foto, quitadle 40 años y 20 kilos y tendréis el resultado.
Últimamente nos hemos hecho algo aficionados al fútbol y anoche había partidazo de la Champions Ligue.
Pasadas las nueve y cuarto, a pocos minutos de que el árbitro pitara el descanso del partido Real Madrid - Bayer de Munich saltó la sorpresa, que no era tal. El Real Madrid marcó su primer gol y no sé por qué razón, pues yo soy del Barcelona, quise celebrarlo. Sería el ambiente relajado y agradable que nos rodeaba, semiacostados en el cómodo sofá y con la chimenea cargada de troncos, pero el caso es que no pude evitar la tentación y di rienda suelta a mis instintos más básicos.
La verdad es que, cosas de la edad, ya hace al menos tres años que no lo hacíamos y ayer noche, justamente la de nuestro 43 aniversario de boda, consideré que era el momento ideal.
- Montse cariño -le dije- ¿Que te parece si...?
No me dejó terminar.
- Pensé que no lo dirías... -me dijo poniendo ojitos picarones- ¡Pues claro que si, estaba deseándolo!.
Salté del sofá de alegría y sin pensarlo dos veces... ¡Zas! fui al desván y bajé el jamón de bellota que habíamos comprado con las ofertas del Black Friday.
Porque nosotros, otra cosa no, pero modernos lo somos... A nuestra manera, claro, no a la manera de quienes nos rodean. Cada cual que haga de su vida lo que quiera.
Puse el jamón en el jamonero, afilé el cuchillo y ¡temblando de emoción, pero sin miedo a pasarme en cantidad!, me puse a cortar.
En pocos minutos y allí mismo, frente a la chimenea y mirando como el Real Madrid marcaba su segundo gol, había preparado un plato de lonchas de aquel espectacular jamón, con unas rebanadas de pan untado con tomate y aceite de oliva virgen extra. Naturalmente no faltó una botella de Godello fresquito como la nieve. Mmmmmmmm
- Esto es vida -nos dijimos- ¡Si durara...!
RAFAEL FABREGAT
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