El historiador griego Heródoto de Halicarnaso hizo referencia a esta costumbre llevada a cabo por una tribu líbica, por la cual se presentaban al rey todas las doncellas casaderas... "Y si alguna le agrada él es el primero en conocerla..."
Esta práctica tenía su antecedente en la costumbre germánica llamada "Beilager", por la cual el señor de cada pueblo se reservaba la primera cópula con la novia, debido a las propiedades mágicas que entonces se le achacaba a la sangre del desfloramiento.
Sin embargo el marido o sus familiares tenían derecho a proteger la integridad de la novia a cambio de un pago en metálico.
Esta costumbre se perpetuó durante buena parte de la Edad Media, aunque no sabemos si durante todo este periodo fue aplicada de forma real o si era más bien algo asociado a una forma de impuesto o tributo derivado del permiso que el señor concedía para poder celebrarse el casamiento.
Placa del 500 aniversario de la Sentencia Arbitral de Guadalupe.
No es cierto, como piensan algunos, que este derecho señorial fuera un mito. Sin lugar a dudas el "Ius primae noctis" existió y da fe de ello la Sentencia Arbitral de Guadalupe del año 1486 por la que el rey Fernando el Católico pone fin a los muchos abusos de la nobleza.
Entre esos abusos está el que nos ocupa y dice al respecto...
"Y que tampoco puedan (los señores) la primera noche quel payés (campesino) prende mujer, dormir con ella en señal de senyoría".
Esta frase deja bien a las claras que, en la teoría o en la práctica, tal derecho existía y no quedó anulado hasta la Guerra de las Remensas.
Hacía tiempo que los reyes sabían de los abusos que algunos señores ejercían sobre sus vasallos, pero estos soberanos apenas contaban con territorio y soldados propios, dependiendo para todo de la lealtad de los nobles.
Ya Alfonso X el Sabio y otros reyes posteriores trataron, sin conseguirlo, de atajar los muchos abusos de los nobles.
Monasterio de Guadalupe. Cáceres. España |
RAFAEL FABREGAT
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