10 de julio de 2018

2629- CON UN SOL DE JUSTICIA.

La gente y especialmente los que todavía no han atravesado el umbral de los 40 años se quejan, no sin razón, de los grandes calores que nos azotan en verano. Está claro que no conocieron lo que era, 50 años atrás, segar a mano miles de kilómetros cuadrados de campos de trigo y cebada, durante la segunda quincena de Junio y todo el mes de Julio "con un sol de justicia". A pesar de trabajar muchos de ellos en oficinas con aire acondicionado, hablan y no acaban de la dureza de las altas temperaturas veraniegas, achacando éstas al tan sufrido "cambio climático", ignorando que unas décadas atrás el calor era el mismo y las condiciones de trabajo mucho peores. Aquello si que era trabajar "con un sol de justicia", con poca comida y el agua caliente, por encima de los 40ºC.

Se cree que el origen de la frase está en la Biblia y más concretamente en el Libro de Malaquías que alude a ella en un sentido apocalíptico. 
Hacia el año 460 a.C. el profeta, hablando del triunfo de los justos en el Día de Javeh o Juicio Final, dejó escrito en nombre de Dios: "A vosotros los justos, los adeptos a mi Nombre, os alumbrará un sol de justicia". Se referiría posiblemente a que Dios pondrá a cada cual en el sitio que le corresponde, pero eso nadie lo sabe. 
Además hay otro Malaquías, también profeta y Santo, que nació en Irlanda del Norte a finales del siglo XI y que también gustaba de hablar sobre el fin del mundo y del sol de justicia que nos alumbraría a todos. 
Claro que el libro que se achaca a San Malaquías, fue publicado 400 años después de su muerte por un tal Arnoldo de Wión y que, en todo caso, sus profecías no se cumplieron. 
Según San Mateo (24:35) Jesucristo dijo: "el día y la hora del Juicio Final nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles del Cielo, solo mi Padre". 

La frase referente a "un sol de justicia" está mejor documentada en época medieval y a las torturas aplicadas por la Inquisición. Es entonces cuando la expresión "con un sol de justicia" formaba parte del acervo popular y se refería a ciertas condenas que se impartían a prisioneros de guerra y a mujeres adúlteras y que consistían en inmovilizarlos por medio de cadenas o cepos, dejándolos expuestos a pleno sol sin comida ni agua. Aunque algunas veces no se perseguía la muerte del reo, sino más bien el escarnio público, muchos de ellos morían igualmente por la larga exposición al sol y la deshidratación que esto les ocasionaba. Se cree que fue entonces cuando esta forma de juicio divino, que con el nombre de Santa Inquisición fue practicado por los servidores de la Iglesia, puso en boca del pueblo la frase: "con un sol de justicia"

RAFAEL FABREGAT

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