Estamos en Rumanía y concretamente en el Castillo que inspiró la novela del Conde Drácula. No fue casualidad. Dicha novela se basó en la leyenda de que el Conde Vlad, príncipe de Velaquia, habitó dicho castillo y en él se recreaba empalando a sus enemigos y bebía su sangre. Sí, aquella que "manaba" del reo en cuestión, estando todavía vivo y que recogía mediante una especie de jofaina al uso.
Años después se conoció que el tal conde, Vlad Tepes, nunca habitó este castillo puesto que para tal menester siempre utilizó su Fortaleza de Poenari. Pero así son las cosas de este mundo... Aún siendo mentira y aunque la realidad sea del dominio público, el solo hecho de que la novela de "El Conde Drácula" se inspirase en el Castillo de Bran, es motivo suficiente para que cada año reciba miles de turistas de todas partes del mundo. Está claro que a alguien le tocó la "lotería" sin jugar. Tanto es así que dicho castillo se considera uno de los más famosos y visitados del mundo. Y es que, claro, para conocer los lugares que narra dicha novela es imprescindible visitarlos "in situ". ¿Cómo si no poder decir a amigos y conocidos que has estado en el Castillo del Conde Drácula y poder comentar cada uno de los fantásticos escenarios que narra el libro?. ¡Ay Señor!. Estamos como un cencerro...
RAFAEL FABREGAT
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