Hildegarde bon Bingen nació en tierras alemanas el día 16 de Septiembre del año 1098.
De padres burgueses, fue la menor del los diez hijos del matrimonio y por lo tanto considerada el diezmo que había que entregar a Dios. De acuerdo con esa mentalidad medieval, desde su nacimiento fue dedicada a la actividad religiosa. De constitución débil pero de una mente extraordinaria, decía experimentar visiones sin perder la capacidad de mantenerse en el mundo terrenal. En toda la historia de la Iglesia Católica nunca jamás, antes o después de esta monja, ha podido nadie tener visiones o revelaciones en estado de vigilia. Así era ella de especial. Hildegarda tenía una mente excepcional y 300 años antes que Copérnico ya habló sobre la posibilidad de que el sol fuera el centro de nuestro sistema planetario, de la misma manera que 500 años antes que Newton escribió sobre el sistema gravitacional.
Durante sus más de ochenta años de vida se dedicó a polemizar sobre los mandatos opresivos de la época, con respecto a la mujer, bien estuvieran establecidos por la nobleza o por papas y reyes. Creó la primera lengua artificial de la Historia (la lingua ignota) y fundó su propia abadía (Rupertsberg) donde las monjas podían dar rienda suelta a sus capacidades artísticas, hacían gimnasia y bebían cerveza. Todo allí truncaba lo hasta entonces establecido, pregonaba la igualdad de géneros y negaba que el placer sexual fuera pecado, fomentando la importancia de la gratificación orgásmica de la mujer. Se debería considerar lógico que siendo abadesa conservara su virginidad pero, sin embargo, fue la primera mujer en describir el orgasmo femenino con pelos y señales, nunca mejor dicho.
Como anécdota decir que la mayor parte de sus obras están escritas en latín, aunque ella no dominaba el idioma, motivo por el cual tenía tres monjes y al menos una monja que escribían para ella.
El alfabeto ignoto de Hildegarda de Bingen es una de sus principales obras y patrón del Esperanto. Un glosario de 109 palabras y su definición en alemán. Se propuso en su día que fue fruto de una iluminación de carácter místico, un lenguaje ininteligible del que no se ha encontrado motivo que aclare el por qué su creación. Por lo que se ve, su mente siempre estaba activa. La llamada Sibila del Rin murió en 1179, a los 81 años de edad, siendo enterrada en su abadía. Sin embargo al ser ésta destruida en 1632, durante la "Guerra de los Treinta Años", sus restos fueron trasladados a la parroquia de Ebingen (Colonia) donde siguen actualmente.
El papa Benedicto XVI la canonizó en 2012, nombrándola Santa y Doctora de la Iglesia.
RAFAEL FABREGAT
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