4 de noviembre de 2012

0833- PUENTES Y VIADUCTOS.

Golden Gate, San Francisco. (California)
El Dicionario español se ha modernizado de tal manera que si buscamos la palabra "puente", en lugar de hablarnos de las antiguas y modernas infraestructuras por las que cruzar un río -que también- nos dice: Día o días que, entre dos festivos o sumándose a un festivo, se aprovechan para vacación. En cuanto al viaducto, viene a ser lo mismo pero más grande aún. En su término más prosaico, la palabra puente viene a referirse a una estructura que sirve para unir dos puntos, mientras que el viaducto, palabra más sonora y grandilocuente indica un elemento de mayor recorrido que cubre la distancia entre dos lugares o destinos finales. Personalmente la respuesta me parece enmarañada en exceso, puesto que la realidad es que la palabra viaducto se le da a cualquier puente de grandes dimensiones. Todo lo demás... ¡Chorradas de gente pija!.

A pesar de la complejidad de los puentes o viaductos modernos, las gentes de hoy (especialmente los jóvenes) parecen dar por natural y sentado que esto es así y miran sin mirar y por lo tanto pasan sin ver la grandiosidad de los puentes actuales que en hierro, hormigón, colgados o incluso cruzando por debajo de los océanos conectan pueblos y provincias, cuando no países y hasta continentes. La humanidad ha llegado a un punto de suficiencia y hastío que ya nada parece merecedor de nuestra atención. La juventud actual pasa por encima o por debajo de estas grandiosas infraestructuras de comunicación sin inmutarse -creyendo quizás que "eso" siempre ha estado ahí- y pendientes, eso si, de los adelantos del último "tablet". Solo la electrónica parece merecer su interés y satisfacer sus necesidades y aspiraciones. ¿Hacia donde vamos?.

Para la mayor parte de la gente joven solo hay dos cosas que merezcan su atención: la electrónica y los aviones, cuando no los viajes interplanetarios. El motivo es que ambas cosas giran alrededor de un mismo objetivo: la velocidad. Más que nunca el tiempo es oro y por lo tanto no se puede perder en lo que ellos llaman chorradas de viejos. Hasta hace bien poco, buena parte de los turistas que venían a España lo hacían por carretera, en potentes automóviles a los que la chiquillería se agolpaba mirando detalles que los de nuestro país no tenían. Entiendo que esto denotaba atraso por nuestra parte, pero también por la suya. En la actualidad pocos son los extranjeros que vienen por carretera. No hay tiempo que perder y la gente con posibles viaja en avión, sistema más rápido y seguro que te permite disfrutar de ese puente o viaducto en su totalidad.

Con un puente normalito uno no puede viajar en automóvil para ir a visitar París o Roma, puesto que necesita de todo ese tiempo para el viaje de ida y vuelta. Se han acabado pues los viajes idílicos en los que toda la familia viajaba con su utilitario de aquí para allá, disfrutando del paisaje y con paradas en los bares de carretera para relajar el cuerpo y catar los exquisitos manjares de cada región en particular. El cochinillo y los judiones de Segovia o los mantecados de Astorga ya no están de moda; el lechazo de Castilla o los mariscos de las provincias cántabras son la chirigota de los listos de hoy. Eso ya no está de moda, eso es un atraso que ni puedes contar sin que los oyentes se te rían en la cara. 

Aeropuerto de Venecia.
Ahora, si uno quiere ser moderno y llamar la atención, tiene que hablar de velocidad.
- Estábamos aburridos y nos hemos dicho: ¡vamos a comer a Venecia!. En 1 hora y 10 minutos, nos hemos plantado allí... El "vaporetto" nos ha dejado en San Marcos y después de tomar un chocolate con nata en el Florián hemos ido a Murano para hacer unas compras. Demasiada gente. ¡Que agobio!. En una "ostería" próxima hemos entrado a comer. Un "risotto alli pescatora" y "antipasto di frutta di mare" regado con vino "bianco di Custoza" del Vénetto. ¡A la hora de cenar ya estábamos en casa! (Dígase Madrid, por decir algo...)
- ¡Coño! -piensa el sufrido oyente de tamañas barbaridades- Si esto es ir a Venecia, mejor me quedo en casa. ¿Es que nos hemos vuelto locos o qué?.
Menos mal que, con esto de la crisis, se ha frenado un poco la cosa... Porque había gente que había perdido la chaveta y no se podía hablar con nadie, ni de nada. 

Puente de Bassano di Grappa.
Que una cosa es querer aprovechar el tiempo y otra muy distinta convertir los "puentes" en circuítos de Fórmula 1. ¡Hombre, si se trata de viaductos...! Porque un "puente" no es más que un día laboral metido entre dos fiestas, pero un "viaducto" ya son dos días laborales metidos entre tres fiestas o entre una fiesta y un fin de semana. Eso ya cunde y uno puede ir a Venecia como Dios manda, es decir: haciendo un par de noches allí, acercándose a ver la ciudad de Pádova y la inmensa Basílica de San Francisco, con su mausoleo y reliquias... O tomarse unas grappas sobre el puente de madera de Bassano y asegurar (con un beso) la felicidad presente y futura con tu pareja; pasear por el Rialto y el Puente de los Suspiros en góndola o recorrer el Gran Canal y cruzar la bahía con los vaporettos para visitar las fábricas y tiendas de cristal de Murano. Venecia es algo más que la Plaza de San Marcos y no es por tanto para verla en medio día. Además que a Venecia hay que ir en tren o en barco, pero nunca en avión.

Ahora el Gobierno, con la excusa de la crisis, quiere eliminar los días festivos aislados a fin de evitar los "puentes" y especialmente los "viaductos". Para conseguirlo quieren hacer que las fechas de determinadas fiestas sean variables y no en un día fijo como hasta ahora. La fiesta en cuestión pasará a formar parte del fin de semana, bien sea al comienzo o al final de la misma, según proximidad del día real o conveniencias de unos y otros. Con esta medida serán eliminados los días laborales en los que no se laboraba y serán reducidos por tanto los abusos que hasta ahora han venido realizándose y que venían tan bien a hosteleros y público en general que (sin estar en vacaciones) incluso realizaba viajes intercontinentales a costa de la producción de fábricas y empresas. Y es que no hay nada que sea bueno para todos...
Inevitablemente cuando se favorece a unos se perjudica a otros. ¡Así es la vida!.

RAFAEL FABREGAT

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