26 de noviembre de 2012

0856- EN CATALUÑA, MÁS ES MENOS.

REEDICIÓN.
Pues si amigos, a partir de la tarde-noche de ayer, 25-NOV-2012, EN CATALUÑA MAS ES MUCHO MENOS. El "president" no solo arruina la Comunidad Catalana, malgastando el dinero por un lado y acumulando deudas por el otro sino que, creyéndose tocado por la varita mágica celestial, convoca elecciones dos años antes de lo que corresponde para perder nada menos que doce parlamentarios. El personaje en cuestión, con una cara que le llegaba a los pies, sale a la palestra tras el recuento de votos para decir que se siente satisfecho con el resultado y no se arrepiente de haber convocado anticipadamente las elecciones (ja, ja) porque así se conoce el verdadero sentir del pueblo catalán y tal y tal... Claro que eso no se lo cree ni el tato. El pueblo catalán es el mismo de los comicios anteriores, solo cambian las circunstancias. Fíjense ustedes que clase de gobernante será y que corrillo de colaboradores tiene a su lado, que estaba totalmente convencido, no solo de ganar la mayoría absoluta, sino que además ésta sería tan amplia como para poder decidir cuanto le viniese en gana en todo orden de cosas. 

A nadie le extraña el resultado habida cuenta que el personaje en cuestión, más que un político es un malabarista que solo se arrima al sol que más calienta (o que él pensaba que calentaría) con el objetivo de beneficiarse a sí mismo. Sin embargo, tal elemento ya engaña a muy poca gente. Está claro que el partido que representa (CIU) tiene un peso tan importante en Cataluña que, haga lo que haga, será seguramente la fuerza más votada esta y cuantas veces se realicen votaciones pero, aún así, creo que tendrán que empezar a pensar en un cambio de líder puesto que "el Mas o menos" ya no da más de sí. Son muchos los votantes de ese partido a quienes no gusta el candidato. Con elementos de esta catadura, que hoy dicen si, mañana no, y pasado si pero no, más bien irán hundiéndose en el fango de la mediocridad. Son muchos los votantes de CIU que viendo las actuaciones de Más, tanto en lo referente a su gestión económica como a su sueño imperialista, han cambiado su voto por otros partidos más serios que saben claramente cual es el camino de la verdad. 

A pesar de haberlo dicho ya varias veces, debo repetirlo en el día de hoy. Trabajo íntegramente para el pueblo catalán desde hace 35 años, con un trato directo y personal con todos mis clientes. En todo este tiempo he hablado decenas de veces con ellos y sé perfectamente cual es su forma de ser y de pensar, también en política. Todos ellos tienen a su cargo trabajadores que no son catalanes pero que hace ya muchos años que viven y trabajan en esa comunidad autónoma. Algunos incluso han nacido ya allí, pero aprovechan cualquier puente vacacional para viajar a la tierra de sus ancestros. Que nadie dude que esa gente, aunque se considera catalana, sabe de donde procede y ama también la tierra de sus padres y abuelos, donde sin duda tienen amigos y familiares que les reciben con gran cordialidad cada vez que van por esas tierras en las que algunos tienen incluso casa propia. ¿Puede alguien pensar que esas gentes quieren separarse de España?. Quieren, como todos, obtener la máxima recompensa a su trabajo pero no se casan con nadie más que con aquel que lucha por sus intereses. 

Esos empresarios, que no tienen un pelo de tontos, aman a Cataluña como país pero saben que la unión hace la fuerza y que la división debilita.
Está claro que la independencia que los más radicales pretenden y que, 
para desgracia de su partido, Mas ha apoyado en esta ocasión, solo se pide en épocas de miseria y con la idea de que tal aventura pudiera tener resultados económicos positivos. Sin embargo, a la hora de su fundación, la Unión Europea ya tuvo la previsión de poner cláusulas que frenaran posibles intentos soberanistas de regiones de los países asociados. Al fin y al cabo este es uno más de los intereses de pertenecer a dicha Unión. Con este claro apoyo al independentismo Más tenía dos particulares intereses: El primero y más importante, desviar la atención de su pésima gestión en lo concerniente a las finanzas tan mal administradas y en segundo lugar conseguir que el independentismo le llevara en volandas hasta "el trono" de un país soberano en el que sentirse endiosado. Soñaba seguramente con codearse de tu a tu con la más rancia monarquía europea. ¡Como si eso fuera tan fácil!. ¿Acaso creía él, que allí hay cabida para la plebe?. Nuestro personaje debe recordar una vez más, que vale más ser cabeza de ratón que cola de león.

El resultado de su "cuento de la lechera" a la vista está. Si sesenta y dos parlamentarios le parecían pocos para lograr sus celestiales objetivos, ahora tiene cincuenta. Doce parlamentarios perdidos y el panorama tan poco alentador de tener que pedir limosna a las puertas de Esquerra Republicana que allí le estarán esperando con la escopeta cargada con "posta", munición empleada en tiempos antiguos para la caza mayor y hoy prohibida por su alta peligrosidad. Pues bien, en esa misma peligrosidad tendrá CIU que lidiar (sin toros) durante esta próxima legislatura de cuatro años que se harán sin duda largos, muy largos. Como ya sucedió con el famoso y desgraciado "tripartito", Más estará sentado en el sillón mientras otros decidirán lo que se hace, pero él se lo ha buscado y así lo han querido los catalanes. Lo que nos ha defraudado a más de cuatro es que, en la alta estima que buena parte de los votantes y otras gentes del resto de España teníamos al señor Durán i Lleida, con su bajada de pantalones a las iniciativas de Mas, ha demostrado ser de ideas similares a la de su compañero y amigo. Al mirar más por sus propios intereses que no por los de los catalanes, ambos arderán pues en el fuego del infierno, que sin duda debe ser el que merecen.

Acabó para ellos el "mando y ordeno". Aunque conserven su cabeza en los lugares visibles de la foto, serán otros los que en adelante digan lo que se tiene que hacer. Las cosas son como son y en este momento la crisis impide que ningún "milagro" sea realizable. Esperamos que más pronto o más tarde entiendan que nada puede ser más oportuno y aconsejable que luchar todos juntos para lograr la salida de este bache, en el que voluntariamente nos metimos todos. Pocos son los que no tuvieron participación alguna en ello, pues todos nos engañamos ante la idílica pretensión de que "todo era posible". La práctica ha demostrado que solo era un sueño y al despertar nos hemos topado con la triste realidad de que solo trabajando a tope y ahorrando al máximo pueden realizarse los sueños, siendo imprescindible (además) un largo plazo para conseguir las metas propuestas. Todo lo demás, pura utopía. Creo sinceramente que unidos podemos lograrlo. Dejémonos pues de independentismos utópicos que solo pueden conducir una vez más a la debacle y luchemos juntos para hacer entre todos una España más justa y más grande.


RAFAEL FABREGAT

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