Naturalmente no todas las casas criaban animales y por lo tanto la clientela no les faltaba. Las carnicerías abastecían a los clientes menos pudientes de chacinería y partes menos nobles de los animales sacrificados. Cabezas, patas, vísceras y tocino era lo más solicitado, mientras que lomos, paletillas y chuletas eran destinados a los clientes con más posibles.

- A qui tens malalt? -preguntaba la amable dependienta.
- A ningú, a ningú, es que ens han vingut uns parents de fòra i...
- Ah, millor que siga així -respondía la carnicera aliviada.
En una época en la que no solían inmiscuirse unos negocios con otros, la carne había que buscarla en las carnicerías y de la misma forma, solo en las pescaderías estaba el pescado. Por lo tanto, la competencia podías encontrarla entre tus iguales, pero no en los demás. Los carniceros siempre compraban los animales vivos y la localidad disponía de un Matadero Municipal donde, por turno que ellos mismos organizaban, sacrificaban aquellos animales que creían necesitar. Allí mismo se procedía a la limpieza y despiece correspondiente y el género ya llegaba a las carnicerías listo para la venta, casi siempre a lomos del propio carnicero. Hace unos años, estas dependencias municipales del antiguo matadero, fueron renovadas totalmente y en este momento se utilizan como guardería.

ERNESTO EL DE CONA - Carrer de la Morera, 27
CARNICERIA DE SORIA - San Vicente, 18
CARNICERIA DE FURA - Plaza del Generalísimo, 23
Aunque unos años después se agregaría una cuarta carnicería,
CARNICERIA TERESIN - Plaza del Generalísimo, 7
Posiblemente la de más importante clientela y única que ha llegado a nuestros días.
Sin embargo los tiempos cambian y la vida sigue su curso, que no siempre tiene que ser el de continuidad de los negocios por parte de los hijos.
El tío Ernesto traspasó el negocio a su hija Pilarín, pero prontamente lo vendieron a Manuel el de Capa que siguió ejerciéndolo en el mismo local. A su jubilación, éste lo traspasó a su hijo Manolo que un tiempo después lo trasladó a la calle de San Antonio, aunque con acceso también por el número 14 de la Plaza del Generalísimo. Unos años después el local fue cerrado y la familia marchó a Castellón.

La carnicería de Fura, la siguió un tiempo su viuda (Montserrat) y sus dos hijos pero prontamente éstos se casaron y el hijo marchó a vivir al pueblo de su mujer (San Joan de Moró) y allí ha seguido la profesión que actualmente ya llevan sus hijos. La hija (Isabel) llevó el negocio con su esposo (Vicent el Ventorrillero, "Menegas") hasta la muerte de éste. Intentó seguirla en solitario pero prontamente cerró.
Lo que antiguamente fue la carnicería de Fura, desde hace ya casi tres décadas, es un local de copas que ha gozado siempre de una interesante clientela. Todo cambia...
La carnicería de Teresín, (FOTO) es la única que, a día de hoy, sigue dando servicio especializado a sus clientes aunque, ya desde hace algunos años, regentada por su hija Nati. De todas formas, en la actualidad todas las tiendas y supermercados de la población dan también servicio de carnicería a sus clientes, lo que ha mermado sobremanera las ventas de estos establecimientos especializados.

Así son las cosas. Unos manejan los hilos y otros (todos los demás) como simples marionetas bailamos al son que tocan los listos de turno... ¿A alguien le extraña que sigan habiendo personas que, con uñas y dientes, luchen por entrar en política?.
RAFAEL FABREGAT
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