31 de marzo de 2011

0316- GRIS MARENGO, CASI NEGRO.

Me revuelven el estómago aquellos que quieren llevarse la fruta sin trabajar el huerto, pero más todavía los imbéciles que lo trabajan permitiendo que sea otro quien se lleve los beneficios de su esfuerzo. Gris marengo (que ni negro ni blanco, ni siquiera gris clarito) era en este caso el oscuro Obama y no es peyorativo insertar aquí un color que en nada se refiere al de su piel, pero sí al de su alma. Como es natural, poca claridad había de tener alguien que aspiraba y consiguió acceder a la presidencia de un país como Estados Unidos, nido de chacales imperialistas que pregonan libertades al mismo tiempo que dominan o intentan dominar el mundo, en una dictadura global sin precedentes. Mucho me temo que la utopía de una sociedad de tipo medio, que todos creímos posible y real en el último tercio del siglo XX, muriera antes de consolidarse. ¡Qué triste es formar parte de un rebaño de corderos pastoreados por leones hambrientos!.


Nadie dijo que apartar del nido al buitre de Gadafi fuera fácil. El propio interesado lo dejó bien claro desde el primer momento.

- "Defenderé el sillón hasta la última gota de mi sangre". 
Naturalmente, lo del sillón es de mi cosecha y no de la suya. El lo dijo con otras palabras, pero quería decir lo mismo.
- "Acabar mi vida apartado de lo mío y de los míos, como mala yerba arrancada de cuajo y puesta a secar sobre yermo ribazo, no es para mí. ¡Mil veces prefiero la muerte!". 
Esto tampoco lo dijo él, pero lo pongo yo en su boca y en su mente. No se por qué nos extraña su postura. Aunque más de cuatro lo calificamos de loco sin escrúpulos, era la más lógica. Nos sorprendería la cantidad de políticos de países democráticos que, estando en su piel, hubieran actuarían de la misma forma. Un sujeto que ha sido siempre el dueño de su vida y de la de los demás, ¿como tiene que conformarse con menos? Para este elemento vivir con menos no sería vivir y por consiguiente defendió su posición con uñas y dientes.

¿Nos parece más loable acaso la postura de Estados Unidos que, queriendo participar de los frutos de una hipotética cosecha, se aviene a enseñarles a los demás el camino del huerto, volviéndose después a su casa mientras los demás se quedan trabajándolo?. Para ellos va el título de esta entrada. Si hemos de calificar su postura con un color, solo cabe el gris, pero no un gris cualquiera, sino el "gris marengo", prácticamente negro. Una jugada sucia que solo pretende incitar a los demás, arriesgando el mínimo posible. Para los más avariciosos, que tienen provecho a sacar, el paso en falso norteamericano es suficiente y mucho más tras haber logrado ese mínimo respaldo de la ONU, pero yo me pregunto... ¿Era acaso Zapatero el Capitán Trueno o el Guerrero del antifaz y yo no me enteré?. 

Somos muchos los que nos comimos las uñas viendo los desmanes de Gadafi, pero si estamos, que sea con todas las consecuencias ya que, si vamos con medias tintas, ¿cual será el final?. 
Si a nivel económico y mundial no pintábamos absolutamente nada, ¿que hacíamos nosotros en Libia?. 
- Lo importante es pasar a la historia Pepelu -le dijo un día su mujer al presidente.
- ¿Te parece Sonso? -inquirió satisfecho su notable marido. Y es que ya se sabe, detrás de un (gran) estadista siempre hay una inteligente mujer...
Yo entiendo a las águilas voladoras, como Alemania, Francia o Reino Unido, de la misma forma que entiendo a las hienas que, más por inteligencia que por debilidad, sin arriesgarse lo más mínimo, acuden a recoger las sobras del débil cervatillo acorralado. Lo que no entiendo es el papel que juega España que, sin formar parte del G-8 y ni tan siquiera del G-20, arriesga el dinero que no tiene y las vidas de nuestros militares a cambio de no se sabe qué. 

Naturalmente sería petición personal del amigo norteamericano que, siendo de partido político afín, habría que atender como el "míster Marshall" de la época franquista. 
Esta fue sin duda para Zapatero la guinda de una carrera política que dijo ser social, pero que solo se preocupó en atender las demandas del sector bancario y de las empresas del IBEX-35, mientras que trabajadores autónomos y Pymes quedaron a merced de la tempestad.
- ¡Sálvese quien pueda! -dijo el capitán a bordo de la mejor lancha. 
Como buen estudiante de colegio de monjas, tenía bien aprendida la lección...
- ¡Haced lo que yo digo, pero no lo que yo hago!. -Y se quedó tan ancho... 

RAFAEL FABREGAT

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