Estamos en Abaneri, antigua tierra de los Rajput Chahamanas, una localidad de la India, a 95 Km. al sur de Jaipur. Lo que vemos en las fotografías adjuntas es un pozo excavado en el siglo VIII por orden del Raja Chandra de la dinastía Nikhumba. Según la tradición en este lugar se apareció la diosa Harshat Mata rodeada de un gran resplandor, motivo por el que se levantó el templo a la diosa, el baori escalonado y el pueblo de 1500 habitantes que acoge estos y otros monumentos de la época.
El Chand Baori es uno de los primeros baoris construidos en Rajastán. Se trata de un pozo en forma de cono invertido, con trece terrazas unidas por tramos escalonados, lo que permitía su acceso por multitud de personas al mismo tiempo. El que nos ocupa tiene una profundidad de 20 metros y un total de 3.500 escalones. Su diferencia con otros baoris se debe fundamentalmente a que en la planta superior está rodeado de galería con arcadas, así como a los templos y balconadas que ocupan su lado norte. Toda esta monumentalidad está motivada por el hecho de la aparición de la diosa Harshat Mata y los rituales que se celebraban en su honor.
Naturalmente, aparte de los motivos religiosos, el Chand Baori estaba destinado a abastecer de agua a la población en época de sequía. El acceso está en la parte norte, donde están situados los santuarios y varias imágenes de los dioses, aunque la muralla y el pabellón que lo rodea todo son de época posterior. Cada día se lleva a cabo un ritual en honor de la diosa Harshat Mata pero una vez al año se celebra la fiesta principal, de tres días de duración y llegada de todos los fieles al lugar. El festejo no sola atrae a los devotos, sino también a numerosos comerciantes de toda la región, lo que se traduce en una especie de fiesta-mercado que reúne también a numerosas personas de las localidades cercanas.
Los capiteles adornados con elefantes indican que la sala de la planta superior estaba destinada a acojer al Rajá y a sus invitados, para llevar a cabo las abluciones previas a la entrada al templo adjunto.
El pozo debía garantizar a la población los suficientes recursos hídricos ya que, aunque el río Banganga está tan solo a 5 Km., carece de fuentes abundantes y su cuenca se reduce a un simple estanque, motivo por el cual la población no pudo desarrollarse como el Raja pretendió en un principio. Más bien al contrario, la localidad de Abaneri se encuentra prácticamente en estado de abandono.
RAFAEL FABREGAT
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