¡Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo...!. Mucho se ha escrito y hablado de María, de su estado de buena esperanza sin conocer varón y de los lógicos y naturales celos de José, santo varón que aguantó carros y carretas ante las muchas burlas de todos quienes le conocieron.
Pues bien. Ahora, tal eventualidad se considera posible puesto que se conoce un caso similar, aunque piscícola y sucedido en el acuario de Nottingham (Reino Unido). Se trata pues de un caso totalmente desconocido hasta ahora. El Gasteroteus aculeatus, un pez que habita en las costas del hemisferio norte. Suele construir un nido para la hembra y una vez ésta pone los huevos, ocupa el nido para fertilizarlos y cuidarlos hasta su eclosión. Sin embargo una hembra, a la que los investigadores han llamado "María", justamente por no haber conocido varón, tenía los huevos ya fertilizados dentro de su cuerpo. Parece ser que esta hembra estaba a punto de morir y los investigadores del acuario, conocedores de su situación, decidieron hacerle una cesárea para salvar a los pequeños embriones.
Es el único caso conocido de hembra ponedora que tiene descendientes ya fertilizados dentro de su ovario. Realizadas las pruebas genéticas se ha descartado cualquier malformación, resultando que estos pececillos tenían su correspondiente padre. Dado que las criaturas fueron fertilizadas normalmente y aunque no se sabe cómo ocurrió, está claro que el esperma paterno entró en el cuerpo de la madre y fertilizó los óvulos de la hembra. Se estima como muy probable que, para poner sus huevos, se metió en un nido donde otra hembra ya lo había hecho y parte del esperma de aquel macho debió entrar en "María" fertilizando los huevos que ésta nunca llegó a poner por cuestión de su mortal enfermedad.
De toda esa experiencia los profesores que estudiaron el caso llegaron a la conclusión de que esto habrá ocurrido muchas veces a lo largo de la Historia. La mayoría de los animales y también muchos mamíferos, se reproducen por medio de huevos. Lo que sucede es que algunos de ellos retienen esos huevos en su interior y dan a luz criaturas vivas. Lograr la evolución de las especies es algo difícil con este proceder, pero este pequeño pez parece haber logrado hacerlo solo. Es sin duda la indicación de un cambio evolutivo o genético, que liberará al padre de los habituales cuidados hasta ahora obligados. Si este sistema de procreación se repite, los peces de esta especie se desarrollarán dentro del cuerpo de la madre y los cuidados paternos ya no serán necesarios.
RAFAEL FABREGAT
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