Durante el pasado siglo XX y mucho más allá, muy especialmente en los pueblos y aldeas de nuestra querida España, en las puertas de las casas y corrales había un agujero para que entraran y salieran con toda libertad los muchos gatos que todos tenían. Se llamaba "la gatera". Hacerles pasar un poco de hambre era lo que necesitaban los felinos para cumplir su cometido de cazar ratones por todo el barrio. Al fin y al cabo, era su misión y motivo de existir. Quizás fuera conveniente que también nuestros políticos sufrieran alguna estrechez para ganarse el sustento. ¡Vaya pandilla de esperpentos...! La política española está pasando por un mal momento, imagen grotesca y distorsionada de lo que ha sido en épocas no tan lejanas. ¿Tan difícil es que los gobernantes se dediquen a gobernar?. Pues parece que sí. Actualmente no se gobierna, ni se busca solución a los problemas generales de España y de los españoles, sino que la palestra se aprovecha únicamente para criticar lo que piensen o hagan los demás, haciendo lo contrario.
Por si éramos pocos, ayer parió la abuela con la presentación del libro de Sánchez, presidente del gobierno español gracias al voto de los independentistas catalanes y vascos y no con el de los españoles. Las críticas y mofas de los lectores no se han hecho esperar. Lejos de dejar la política y convertirse en escritor, su objetivo más inmediato es desenterrar a Franco, aún sin saber dónde ha de estar su nuevo emplazamiento. Otros objetivos, ya incluso cumplidos, han sido subir el sueldo mínimo interprofesional (porque son los empresarios quienes tienen que pagarlo) y las pensiones de los sufridos jubilados, sin tener ingresos ni fondos para ello. Porque, claro, el susodicho botarate pensaba subir impuestos de toda índole para recaudar lo necesario para ello, pero ya retirados los apoyos de los independentistas, los Presupuestos Generales del Estado 2019 le han sido rechazados viéndose obligado a convocar elecciones. Marchará, si es que marcha, habiendo aumentado la deuda de la Seguridad Social en más de 8.000 millones de euros.
El libro presentado, sin ni siquiera ser su autor literario, se titula "Manual de Resistencia". El título no podía ser más acertado. Tuvo que marchar de su partido por falta de apoyos, pero reconquistado el liderazgo fue capaz de conseguir el inquilinato de La Moncloa, aunque con el apoyo de quienes pretenden romper España y el hándicap de tener que aportar un nuevo colchón que fuera pagado por todos nosotros. La gatera no ha hecho falta. Bien es verdad que a su llegada España estaba dando bandazos pero, ya sin escrúpulos de ninguna clase por parte del timonel, la nave ha entrado en una deriva total. Ya todo importa poco. Como si de dictadura bananera se tratara, la televisión pública se pone a su servicio y le proporciona entrevistas sin fundamento y hasta la presentación de su libro. Entre el público, como es natural, ministros y sucedáneos que ganan su sueldo a base de reverencias y asentimientos. Total, un show al más puro estilo de las tardes de Tele5 pero, en este caso, facilitado por la 1ª de Televisión Española. ¡Así cualquiera!.
RAFAEL FABREGAT
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