30 de noviembre de 2015

1948- MONASTERIO DE LLUCH.

En el término municipal de la localidad mallorquina de Escorca, en la parte septentrional de la isla de Mallorca, se encuentran las montañas de Lluch, lugar en el que se encuentra el Monasterio y Virgen del mismo nombre, patrona de la isla. Allí reside la Virgen de Lluch por decisión propia, según la leyenda.

La localidad de Escorca está situado en las montañas de la cordillera norte de la isla de Mallorca, pero a orillas del mar Mediterráneo. De hecho dentro de su término municipal se encuentran, todavía vírgenes, puntos de gran interés turístico como Cala Tuent y Sa Calobra. Son calas idílicas donde el baño y el buceo pueden practicarse lejos del mundanal ruido, libremente y sin masificación alguna, algo ya escaso en esta isla eminentemente turística. Concretamente Sa Calobra es la desembocadura del torrente Pareis, una riera que tras miles de años fue excavando la tierra para adentrarse al mar. 
Ambas calas son uno de los escasos lugares de la Sierra de Tramontana que tienen acceso al mar, ambas rodeadas de acantilados de más de 200 metros de altura. Llegar hasta ellas tampoco es cosa fácil. Se cuentan alrededor de 800 curvas para llegar allí desde la ciudad de Palma aunque, una vez llegados a la pequeña cala, todos coinciden en decir que valió la pena el mareo que pasa con prontitud.

El topónimo Lluch viene del latín "lucus" y significa bosque sagrado. 
El monasterio o Santuario de Lluch es lugar de peregrinaje. El primer sábado de Agosto de cada año se organiza una marcha a pie de 48 Km. en la que participan más de 40.000 peregrinos. 
La salida es a las 11 de la noche y dura unas 12 horas. A lo largo del recorrido hay varios puntos de avituallamiento y asistencia pues no todos son capaces de llegar a destino. 
En caso de imposibilidad de llegada, por contusiones o heridas, hay ambulancias y taxis para que los impedidos puedan regresar a su lugar de origen, de la misma forma que hay autobuses para que, los que sí lleguen, puedan regresar después. La afluencia de peregrinos es tal que, a pesar de los muchos contenedores instalados en todo el recorrido, los equipos de limpieza recogen cada año del suelo una media de 12 toneladas de basura.
Originalmente a este peregrinaje se le llamaba "la marcha del Güell", lugar en el que estaba ubicado el Bar del mismo nombre y del que nació esta singular caminata. Todo empezó un 17 de Julio del año 1974 cuando una niña fue atropellada resultando milagrosamente ilesa. En agradecimiento a la Virgen de Lluch, el grupo de jóvenes causantes del accidente y unas 30 personas más, caminaron desde el citado Bar hasta el monasterio para agradecer el milagro a la Virgen. El camino se repitió otros cinco años con escaso número de participantes pero en 1980 la Caja de Ahorros de Baleares publicitó la marcha y desde entonces el número de peregrinos no ha parado de crecer.

Como todo monasterio que se precie el de la Virgen de Lluch tiene su propia leyenda. 
A mediados del siglo XIII un pastor y un eremita del lugar hallaron la talla de la Virgen en un roquedal que había junto al arroyo que pasa detrás de la actual sacristía del monasterio. 
El monje llevó de inmediato la talla al oratorio de Sant Pere d'Escorca donde estaba entonces la sede parroquial del lugar. Sin embargo cuando enterado el vecindario se congregaron allí para venerarla la Virgen había desaparecido. Todos los vecinos salieron a buscarla y por fin la encontraron junto al torrente, en el mismo lugar que fue encontrada por primera vez. Dos veces más sucedió lo mismo y a la tercera, vecinos y autoridades eclesiásticas interpretaron que la Virgen quería permanecer en el lugar inicial donde fue encontrada, motivo por el cual el año 1268 se construyó allí mismo un pequeño oratorio, donde acogerla debidamente. 

Muchos siglos antes de esa fecha el lugar ya era considerado sagrado puesto que en las cercanías fueron encontrados restos de la Edad del Bronce y del Hierro, así como cuevas prehistóricas de enterramiento conocidas como "Ses cometes des morts" de las que se extrajeron ataúdes de madera con restos humanos, exhibidas actualmente en el museo del monasterio. Por la difícil orografía del terreno, también los musulmanes resistieron los muchos embates de las tropas cristianas hasta el año 1232, cuando fueron derrotados finalmente por las tropas de Jaime I el Conquistador y entregadas las tierras del Lluch a los monjes de la Orden del Temple, en agradecimiento por su participación en la conquista. En 1314, ante la disolución de la Orden del Temple, su propiedad pasó a la Orden de Malta. 

En 1707 Carlos III le concedió el título de Capilla Real y el papa Juan XXIII la declaró en 1962 Basílica Menor. 
Desde finales del siglo XIX el monasterio de Lluch está a cargo de los misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, congregación nacida en la calle Picpus de París, justo en la Nochebuena del año 1800 y fundada por el diácono francés José María Coudrín. El padre Coudrín había tomado los hábitos en 1792 de manos del cardenal de Bonald, en la librería del Seminario Irlandés, debido a que las tropas de la Revolución Francesa ya habían invadido la capilla. Al igual que sucede con la Virgen de Montserrat en Barcelona y la Virgen de la Candelaria en Tenerife, también a la Virgen de Lluch se la conoce como "la Moreneta".

RAFAEL FABREGAT

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