14 de mayo de 2015

1757- CASTILLO DE CABRERA.

La primera referencia escrita sobre este castillo data del año 1410, cuando los hermanos torreros Pedro y Guillermo Zaragoza le reclaman al Virrey de Mallorca los emolumentos correspondientes a vigilancia y mantenimiento lo que, aunque no hay constancia, nos indica que su construcción terminaría a finales del siglo XIV. Se trata de una mole exagonal situada en la parte oriental del puerto natural de la isla de Cabrera (Mallorca) una isla que, por su escaso tamaño, apenas queda reflejada en ningún artículo referente a las Islas Baleares. Sin embargo el silencio de su enclave no fue tal en siglos anteriores, muy especialmente en la época de continuos ataques berberiscos a las islas mallorquinas y a todo el Levante español. En aquellos tiempos, con una altura de 72 metros sobre el nivel del mar, el recién construido Castillo de Cabrera sería poco más que una torre de vigilancia.

Dicha torre se ampliaría años más tarde con tal de dar cabida a una guarnición que velara por la integridad de la isla y de su torre. Consta que en 1425 el usufructuario de Cabrera, Bernat Zaragoza, firmaba un acuerdo con las autoridades del Reino de Mallorca para mantener una guarnición permanente en el nuevo Castillo de Cabrera a fin de proteger la isla de los ataques berberiscos. A pesar de tales previsiones, en 1510 dos galeras berberiscas atacaron la isla, apresando a los guardias del castillo y a 21 pescadores que vivían en las inmediaciones. Acto seguido destruyeron la torre, aunque una ayuda repentina de cristianos permitió liberar a los cautivos, huyendo los moros a toda prisa. Cuatro décadas más tarde, ya restaurado el Castillo de Cabrera, el corsario turco Turgut Reis desembarcó en la isla con 1500 hombres y derribó nuevamente el castillo tras apoderarse de todos sus cañones.

Restaurado por las autoridades de Mallorca, a finales del siglo XVI se construyó también una capilla en el interior de la fortaleza, donde los clérigos mallorquines de la localidad de Santany acudían todos los domingos a decir misa para la guarnición. Otra vez destruido y nuevamente restaurado, en 1698 el castillo pasó a depender de la Universidad de Mallorca. Con motivo de la Guerra de Sucesión, en 1715 el gobernador militar del Castillo de Cabrera, Don Francisco Mariscal, tenía por misión vigilar la posible incursión de tropas borbónicas. Fue la última vez que los cañones de este castillo fueron disparados. A partir de 1716 el castillo pasó a formar parte del patrimonio de la Corona de España.

Por su alto riesgo, ante la imposibilidad de retirada en caso de asalto, el salario de torrero en el Castillo de Cabrera era el más alto que se pagaba en el Reino de Mallorca, de la misma manera que los guardias allí destinados solían ser condenados por diferentes causas que con este servicio veían reducida o conmutada su pena. La isla de Cabrera pertenece a la provincia de Mallorca, tiene una superficie de 15, 69 Km2. y 20 habitantes. Su nombre le viene dado por las cabras montesas que habitaban originalmente la isla. En los siglos XIII y XIV su puerto natural era utilizado por los piratas berberiscos como base desde la que atacar las costas españolas. 

Según periodistas franceses de la época, la Isla de Cabrera fue utilizada por los españoles para mantener cautivos a los franceses derrotados en la Batalla de Bailén. Tras la victoria española en dicha batalla la suerte de los 18.000 prisioneros fue muy diversa. Mientras los oficiales y suboficiales fueron deportados a Francia, donde fueron cesados por cobardía por el propio Napoleón, unos 4.000 soldados fueron llevados a Canarias fundiéndose posteriormente con la población canaria. Fueron los más afortunados pues el resto, unos 9.000 quedaron aislados en Cabrera. Salieron de la bahía de Cádiz el 9 de Abril de 1809, con la previsión de un intercambio de prisioneros españoles en Francia, que finalmente no se aceptó, siendo "liberados" en la Isla de Cabrera.

Na hacía falta cárcel pues ésta era la propia isla. Cada cuatro días llegaba un suministro de víveres totalmente insuficiente. Debido a una fuerte tempestad que duró varios días, el envío se retrasó no pudiendo mandar comida durante ocho días. Los suministradores vieron estropeados los alimentos. Ante las naturales pérdidas, se negaron a retomar el suministro a los prisioneros. Tres meses se tardó en encontrar un nuevo barco que llevara comida a los prisioneros y cientos de ellos murieron de hambre. El cautiverio finalizó en 1814 al firmarse la paz entre ambos países. Para entonces quedaban vivas 3.600 personas, un 35% de los que llegaron. En recuerdo de los fallecidos se levantó un monolito en la isla.

A finales del siglo XIX la isla pasó a ser propiedad privada de una familia que quiso transformarla en grandioso viñedo, construyendo la correspondiente bodega que actualmente es el Museo de Cabrera. En 1916 la isla fue expropiada por el Ministerio de Defensa, al detectarse la presencia de submarinos alemanes con bandera austro-húngara. Se abonó a sus propietarios la cantidad de 362.148 pesetas (2.176,55 €). La presencia militar en la Isla de Cabrera desde 1916 ha permitido la conservación de su ecosistema, aunque en la segunda mitad del siglo XX fue utilizada como campo de tiro y maniobras. Ya próximos a la década de 1990 fue convertida en Parque Nacional Marítimo Terrestre

RAFAEL FABREGAT

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