28 de mayo de 2015

1771- LAS FALLAS DE VALENCIA.

Las Fallas de Valencia son una fiesta regional española, propia de la Comunidad Valenciana y con centro neurálgico en esta capital del Levante español, aunque ya son varias las ciudades valencianas que se han sumado a este histórico festejo.
Hay poco que explicar, puesto que es una fiesta conocida en cualquier parte del mundo, pero recordaremos que, teniendo como patrón a San José, la víspera del día 19 de Marzo de cada año los vecinos de cada calle o barrio encendían una hoguera para anunciar la llegada de la festividad del patrón. A igual que sucede también en la fiesta de San Antonio Abad, celebrada el día 17 de Enero, los vecinos aprovechaban el encendido de la hoguera para renovar algunos pertrechos y muebles viejos, lanzando a la hoguera los objetos inservibles.

En el idioma valenciano medieval, la palabra falla es diminutivo de "FAX" y se refiere a las antorchas que se colocaban en las torres de vigilancia. En el "Llibre dels Fets" (libro de los hechos o de la Historia de Valencia) se dice que las tropas del rey Jaime I el Conquistador llevaban fallas (antorchas) cuando cabalgaban por la noche y también dejaban una de ellas encendida en cada una de las tiendas cuando acampaban. También se utilizaban en las diferentes fiestas nocturnas. Con el paso de los siglos la palabra "falla" se utiliza en la Comunidad Valenciana para referirse a las hogueras o luminarias que se encendían en la víspera de determinadas festividades y siempre bajo el concepto de santificación o renovación.

La versión popular cuenta que, siendo San José el patrón del gremio de carpinteros, la víspera de su festividad éstos aprovechaban para celebrar la fiesta quemando las virutas y trastos viejos de sus talleres a fin de iniciar la primavera con la limpieza que requería la nueva estación. También se quemaban en esta festividad los llamados "parots", unas estructuras en las que se colgaban los candiles que daban luz al taller durante el invierno y que llegada la primavera, al hacerse los días más largos, ya no les eran necesarios. Esa especie de lámparas o parots, cada vez más elaboradas y con apariencia humana, pudo dar origen a los actuales "ninots" o figuras humanas que se queman en las Fallas de Valencia, actualmente orientadas al sarcasmo popular.

La primera noticia sobre las Fallas de Valencia es del año 1740 y se refieren a "cientos de cajones (fallas) en los que se ponían varios muñecos en lo alto vestidos con ropas de tela y caretas de cartón, que representaban a determinados personajes, normalmente políticos del barrio, a los que se quería satirizar por determinadas actitudes contrarias a la opinión popular". En su construcción participaban los vecinos y para que no cupiese duda de la persona a la que se referían, empezaron a añadirse carteles alusivos. Para hacer cada día más importante la citada hoguera o falla, los niños iban pidiendo en el vecindario cualquier pieza inservible (caja vieja, silla rota, etc.) con la que incrementar el fuego y la fiesta.

Con todas las puertas y ventanas de las casas protegidas por cañizos o persianas, era harto frecuente que alguno de ellos prendiese ante la proximidad del fuego por lo que, en 1784 las autoridades municipales prohibieron el encendido de tales hogueras en las calles que no tuvieran un mínimo de amplitud. A finales del siglo XVIII y principios del XIX esta celebración de las Fallas fue ampliándose a otras ciudades próximas, al tiempo que se crearon premios a las presentaciones más artísticas de las mismas. El aumento del bienestar y el afán de ganarles a los barrios vecinos, fueron el detonante para que estos monumentos fueran cada día más esplendorosos.

Se contrataron artistas cada día mejores y fue abandonada la sátira local para centrarse en la majestuosidad del monumento. Actualmente lo de "maestro fallero" es toda una profesión de gran arraigo en esta comunidad levantina. Trabajados los monumentos con entramado de madera y forexpán (poliestireno expandido) la modelación de los personajes que componen los monumentos es fácilmente modelable y solo se requiere de un buen proyecto y un gusto exquisito a la hora de ejecutarlo. La pintura exterior de la falla es la que le da el acabado que el maestro requiere según el boceto presentado a la Comisión Fallera. Con esta liviandad se ha llegado a monumentos falleros que sobrepasan los 30 metros de altura y de una belleza incomparable.

También las calles que participan en el concurso de fallas tienen iluminación especial en estos días de fiesta y compiten entre ellas para conseguir mejorar año tras año. La gran tradición valenciana alrededor de los fuegos artificiales, hace que estas fiestas acojan también cientos de eventos al respecto. El más importante de ellos es "La nit del foc" un espectacular castillo de fuegos artificiales que se dispara la víspera del día 19. Durante casi media hora, toneladas de pólvora iluminan el cielo valenciano congregándose más de un millón de personas para verlo. Hasta la llegada de la Guerra Civil Española los monumentos falleros fueron inclinándose por la crítica al gobierno local o nacional y contenido anticlerical. 

La dictadura de Franco puso coto a este tipo de sarcasmos y aunque en principio bajó su popularidad, prontamente fue recuperada en incluso multiplicada al hacerse estos comentarios de forma velada y por lo tanto más cómica si cabe. Era decir "sin decir" lo que unos y otros sabían de antemano. A raíz de ello cobraron importancia los versos satíricos y en la actualidad, tras cuatro décadas de Democracia todavía siguen expresándose las críticas de esta forma velada que tiene una mayor aceptación entre los visitantes de las Fallas. El día 19 de Marzo, día de San José, entre las 22/23 horas empieza "la nit de la cremá" con las fallas infantiles y a partir de las 24 horas las mayores. Por último, hacia la una de la madrugada se quema la Falla del Ayuntamiento que pone fin a la fiesta.

RAFAEL FABREGAT

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