28 de mayo de 2015

1772- LA CIUDAD DE LA LUZ.

A finales de 2012 el NOAA y la NASA dieron a conocer un nuevo mapa nocturno de la Tierra, conseguido por el satélite Suomi NPP. Imágenes nocturnas con una claridad sin precedentes, gracias a la alta resolución de la cámara de la que era portador el citado satélite espacial. La sensibilidad a la luz era de tales proporciones que ofreció más de una sorpresa para las que, en principio, no había explicación. A modo de ejemplo, el satélite detectó gran actividad humana en lugares donde se creía que no la había, pero lo que mayormente llamó la atención fue lo fotografiado en la costa Argentina...

En medio del océano Atlántico, entre 300 y 500 Km. de la costa argentina, un buen número indeterminado de luces, cual si de una gran ciudad se tratara, quedaban plasmadas en las fotografías tomadas por el Suomi NPP. Naturalmente en ese lugar no había islas que pudieran dar lugar a asentamientos humanos y mucho menos incendios o pozos de gas. ¿Cual era pues la explicación para tan grandiosa visión lumínica en lo que se supone era mar abierto?.

Bien, para quienes gustan de los temas de ufología y paranormales, lamento informar que ningún misterio rodeó este fenómeno lumínico. Eran cientos de barcos pescando agrupados a lo largo de la plataforma continental. Al parecer las aguas que limitan la zona económica de Argentina y Malvinas es muy rica en nutrientes y de difícil control para la guardia costera. A lo largo de miles de kilómetros cuadrados, desde Río Janeiro hasta Tierra del Fuego, el calamar Illex Argentinus habita en cantidades multimillonarias, alimentado por la gran cantidad de camarones, cangrejos y peces que se alimentan a su vez del fitoplacton, allí tan abundante.

Cada año un centenar de barcos obtiene permiso para pescar el apreciado calamar en esa zona pero las dificultades de actuación policial en aguas internacionales, hace que acudan cientos de barcos más de los autorizados y así ha quedado demostrado mediante las imágenes espaciales. Cada uno de estos barcos puede llevar hasta cien lámparas y generar hasta 300 kilovatios de luz. Con esta potente iluminación, los pescadores atraen a la superficie al plancton y a los pequeños peces, a los cuales sigue el calamar que cae entonces en las redes. Como es lógico, las teorías extrañas no lo son tanto cuando pueden comprobarse de manera fiable.

RAFAEL FABREGAT

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