1744- ESTADO DE IOWA. (EEUU)

Estado nº 29 de Norteamérica, admitido el 28 de Diciembre de 1.846. Su nombre proviene de los nativos que habitaban la región en época precolombina. Actualmente tiene un 92% de habitantes de raza blanca y curiosamente el 36% son de origen alemán. Los primeros exploradores blancos llegados a la región (1673) fueron los franceses Louis Jolliet y Jacques Marquette, aunque los primeros colonos no llegaron hasta 1833. El estado ocupa una superficie de 145.744 Km2, de los cuales algo más de mil son de agua y está habitado por un total aproximado de 3 millones de personas.

A la llegada de los primeros europeos, los amerindios que habitaban la región ya hacía mucho tiempo que se habían convertido en agricultores y ganaderos, con infraestructuras económicas y políticas que, aunque trasnochadas, poco tenían que envidiar a las de quienes llegaban para arrebatarles sus tierras, su tranquilidad y hasta incluso su vida. Por extraño que pudiera parecerles a quienes llegaban a las "nuevas" tierras con pretensiones sin fundamento, los Iowa ya cultivaban las tierras desde el siglo X a.C. aunque lógicamente con herramientas y utensilios anclados en el pasado. Aún así, los europeos les llevaron más problemas y enfermedades que adelantos con los que bendecir su llegada.

Ciudad de Dubuque (Iowa).

Los franceses llegaron remontando el Misisipi y se encontraron con diferentes tribus de amerindios, entre ellos los Sioux, los Misuri, Iowas, etc. El primer europeo (normando) en establecerse en la zona fue Julien Dubuque, que en 1788 obtuvo permiso del jefe indio de la zona para explotar una veta de sulfuro de plomo cerca del río Misispi, a raíz de lo cual se desarrolló la importante ciudad (60.000 h.) que actualmente lleva su nombre. En 1796 Dubuque obtuvo confirmación de sus derechos mineros por el gobernador español en Luisiana. Sin embargo a su muerte los sucesores no fueron capaces de mantener la estrecha relación con los indígenas y perdieron la concesión.

En 1803 los Estados Unidos consiguieron Iowa por compra a Napoleón Bonaparte al precio de 7 centavos de dólar por hectárea. Se pagaron 15 millones de dólares por un  total de 2.144.476 Km2. Las tierras adquiridas por esa cantidad comprendían los Estados de Arkansas, Misuri, Iowa, Oklahoma, Kansas, Nebraska, 
Minesota al sur del Misisipi, gran parte de Dakota del Norte, Dakota del Sur, noroeste de Nuevo México, norte de Texas, la sección de Montana, Wyoming y Colorado al este de la divisoria continental y Luisiana a ambos lados del Misisipi, incluyendo Nueva Orleans, además de una parte importante de las provincias de Alberta y Saskatchewan en el actual Canadá. Todo ello habitado por no más de 35.000 personas.

A ese precio... ¿cuánto valía todo el planeta?. Por lo visto a Francia le había costado pocos esfuerzos hacerse con la propiedad de esas tierras. Ninguna, diría yo, puesto que se las había robado a España tras la "Guerra de los siete años". Así cualquiera... ¡todo beneficios!. Era mejor vender barato que perderlo en breve plazo contra los ingleses. Según palabras del propio Napoleón: "no ha sido un gran negocio para Francia, pero les hemos dado a los ingleses un competidor en su monopolio marítimo". Y es que en política hay que mirar los negocios a largo plazo... Para los Estados Unidos era la primera pieza del puzzle pues conseguir también la parte española de Oregón y Florida fue pan comido.

Iowa linda al norte con Minesota, al sur con Misuri, al noreste y este con Wisconsin e Illinois y al noroeste y oeste con Dakota del sur y Nebraska. Los ríos Misisipi y Misuri establecen sus fronteras por el este y el oeste. La capital del Estado es Des Moines, una bonita ciudad de 200.000 habitantes pero con casi 600.000 en su área metropolitana. Fue fundada en 1843 como un fort del ejército de los Estados Unidos, en la confluencia de los ríos Des Moines y Raccoon, afluentes del río Misisipi. Al parecer, puesto que hay discrepancias al respecto, el nombre hace referencia al "río de los Moingonas", tribu india que vivía en la región a la llegada de los europeos.

Iowa es de clima continental húmedo, con temperaturas extremas tanto en verano como en invierno y media anual de 10ºC. La primavera suele llevar grandes lluvias y temperaturas altas, lo que hace de sus veranos un tiempo muy caluroso y húmedo. También suelen sufrir hasta 30 tornados anuales. Su economía es buena, sin apenas desempleo, y está basada en la agricultura y en la ganadería, con una renta per cápita superior a los 28.000 $USA. La industria manufactura principalmente la producción del sector primario, aportando un 25% del PIB. Es pues el sector terciario, con los servicios y el comercio al por mayor, el que aporta casi el 70% del PIB. El principal aeropuerto está en su capital de Les Moines.

RAFAEL FABREGAT