
Se imponen medidas urgentes y severas o, en breve, serán los dueños del mundo y el resto sus vasallos a jornada completa.
Al hilo de lo anterior y siendo uno más de los afectados, si España no pone freno a los desmanes de la importación, cuando las telarañas invadan nuestro tejido industrial y cuando nuestros campos estén ya todos yermos y sin posibilidad de recuperación nuestros frutales, vendrán las lamentaciones. Creo sinceramente que hacer las cosas peor es imposible. La política económica internacional y especialmente la española, precisa cambios urgentes y cualquier modificación que se haga, aunque nos parezca una
barbaridad, será para bien.

Cuando "el barco" navegaba solo, gracias a los vientos insuflados por la gestión de gobiernos anteriores y a la escasa problemática de la balanza exterior, Zapatero y sus acólitos estaban de vacaciones permanentes. Algo había que hacer para matar el aburrimiento. Primero inventaron la Alianza de Civilizaciones y después el personal se distrajo con el Cambio Climático, todo ello descuidando cuestiones económicas prioritarias.
Eso está bien cuando no hay preocupaciones mayores, pero mediada su actual legislatura ya la Crisis estaba instalándose sobre nuestra economía, mientras el gobierno negaba la evidencia. Lo mismo hace el Gobierno actual con el alzamiento de fosas.
Todos sabemos que contra un incendio se lucha más fácilmente en los primeros momentos de producirse.
Cuando nuestro presidente del gobierno fué a Pekin a extender sus brazos hacia los dirigentes chinos, en una cumbre en la que ni siquiera estaba prevista su presencia, se dio cuenta que ya no tenía peso internacional. Ocurrió simplemente que le ignoraron aquellos que él había ignorado anteriormente.
Pero esto no es un juego de niños y el resultado de tan nefasta gestión diplomática y el desgobierno actual lo paga el pueblo español. Si España tiene un mínimo peso internacional, habrá que demostrarlo y exigirlo y, si no es así, habrá que defenderse de tantas burlas y agresiones económicas. Este mundo, amigos, es la selva y por lo tanto solo cabe defenderse o morir.

En cuanto a los nacionalistas, que con su abstención permitieron a Pedro Sánchez aprobar días atrás sus lamentables medidas contra la crisis, lo han dicho alto y claro. ¡Sánchez es un cadáver político!. Sin embargo le apoyaron... ¡Porque les conviene su debilidad!. ¿Quien se cree que ERC se abstuviera en la votación, por responsabilidad nacional?. (Ja, ja) ¿Desde cuando les importan los intereses nacionales?. Será por beneficio propio de cara a las elecciones catalanas... Ganarse la confianza de los electores catalanes primero y tener arrodillado al gobierno de Madrid después, ¿O no? Con estas actitudes políticas, que solo piensan en sus propios intereses partidistas, ¿A quién sirve la Democracia?. A los facinerosos, sin duda alguna.
Pero, en fin, volvamos al asunto... El vice-ministro chino de Comercio Jiang Yaoping no se corta un pelo cuando se trata de amenazar a aquellos países que, viendo los perjuicios que sufren sus industrias locales, intentan controlar la competencia desleal de ciertas importaciones chinas.

Tiempo al tiempo. Más pronto de lo que ellos se imaginan la gallina de los huevos de oro habrá muerto, lo lamentable es que la gallina somos nosotros. Cuando todo el dinero mundial esté en sus manos y empiecen para ellos los conflictos internos, sacarán el As que sin duda guardan en la manga. Cesarán sus exportaciones basura y se dedicarán a otros menesteres de mayor calado, creando una sociedad media-alta que calme los ánimos y permita ganar la batalla tecnológica a países actualmente punteros como EU o Japón. El tiempo de los textiles baratos y los juguetes tirados de precio tiene los días contados, pero cuando China cambie el chip, ¿Donde estaremos nosotros?.
En el presente año sus ventas al exterior ya han bajado cerca de un 14% y aunque las autoridades chinas no están preocupadas por este dato, sino más bien celebrando el crecimiento de la inversión (+30,1%) y del consumo interno (+15,5%), lo cierto que solo en la provincia de Cantón han cerrado ya 200.000 empresas, dejando en la calle a más de cuatro millones de personas.
Como en tantas cosas de la vida ¡Nada es para siempre!.
Un antiguo proverbio chino nos dice que los conflictos del mundo son antiguos y la paciencia su solución: "...Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo". En este caso el cadáver no es tal ya que, será justamente su vitalidad la que le hará abandonar la actual industria manufacturera, para dedicarse a los equipamientos tecnológicos de gama media-alta.

RAFAEL FABREGAT
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