13 de marzo de 2015

1691- EL PAPA ALEJANDRO VI.

En un  tiempo en el que los excesos del Vaticano eran prácticamente diarios, el Papa Alejandro VI las elevó al rango de prostíbulo casi esperpéntico. En tierras valencianas, lugar donde se daba la mayor concentración morisca peninsular desde siete siglos atrás, el 99% de la población llevaba sangre morisca y lo del fornicio era inevitable. Rodrigo Borgia, que así fue llamado al nacer, venía al mundo en Játiva (Valencia) el 1 de Enero de 1431 en cuna de nobles e importantes raíces eclesiásticas. Su madre era hermana de Alfonso Borja, obispo de Valencia y futuro Papa Calixto III. Gracias a su tío, Rodrigo ascendió rápidamente al rango de Cardenal diácono y situado en puesto especial dentro de la Curia Romana. En ese prestigioso lugar de la parrilla de salida, le fue fácil conquistar amistades e influencias para acceder en 1492 a la silla de Pedro.

Si las mujeres le gustaban a Alejandro VI, más aún le gustaba el poder. Ya Papa se involucró en intrigas políticas y tormentosas relaciones con el poder internacional, con el único objetivo de consolidar el de su familia y el suyo propio. Sus mujeres fueron muchas sin duda y sus hijos también, aunque solo cuatro de ellos fueron reconocidos e incluidos en sus maquinaciones políticas: Juan, César, Lucrecia y Jofre, todos hijos de su amante Vannozza Cattanei que tampoco era mojigata. Antes de abrirse de piernas ante el insigne cardenal valenciano, después Papa Alejandro VI, ya habían pasado por su cama tropecientos hombres, cuatro esposos legales y el cardenal Giulliano della Rovere, futuro Papa Julio II. Porque a Vannozza, guapa y rolliza según la moda de entonces, las sotanas le gustaban, pero más aún el lujo y el poder que éstas llevaban consigo. A pesar de las muchas amantes que tuvo Alejandro VI, solo los hijos habidos con Vannozza fueron reconocidos oficialmente. 


Sin embargo tras su cuarto hijo y ya teniendo Vannozza 40 años cumplidos, la pasión del Papa se fue apagando, aunque sin disminuir su cariño y protección. Su lugar fue ocupado por Julia Farnesio una jovencita especialmente bella y de apenas 15 años de edad que al parecer lo volvía loco. 
La joven se había casado hacía poco con el conde de Bassanello, hombre taciturno que le servía para poca cosa, motivo por el cual el Papa Calixto decidió que tan sabroso bocado no podía quedar desaprovechado y en un acto de auténtica caridad cristiana decidió quedársela para él. Tuvieron una hija (Laura) que no fue reconocida.
Rodrigo Borja fue Papa nº 214 de la Iglesia de Roma con el nombre de Alejandro VI, desde su nombramiento el 11 de Agosto de 1492 hasta el día de su muerte, acontecida de forma inesperada el 18 de Agosto de 1503. 


Una de sus actuaciones de mayor trascendencia fue el reparto de la tierras del "Nuevo Mundo" entre Castilla y Portugal en cuyas Bulas, ya previas al Tratado de Tordesillas, fijó el meridiano por el que debía discurrir la frontera de las zonas de influencia de ambas coronas en tierras americanas. Dichas bulas establecían que todas las tierras americanas al oeste del meridiano situado a 100 leguas de las Islas Azores y Cabo Verde eran de la Corona de Castilla, decretándose excomunión a quienes cruzasen el meridiano sin permiso de los reyes de Castilla. Para Alejandro Vi estas cosas no tenían mayor importancia. Su mayor ambición era que la familia Borgia dominase Italia y con ese fin entrenó a sus hijos y especialmente a su hija Lucrecia para conseguir las alianzas y enlaces convenientes que alcanzasen tal fin. Sin embargo las alianzas iban parejas a su título papal y cuando esta herramienta faltó, todos los planes tan finamente urdidos se desmoronaron, pues eran muchos y muy poderosos los enemigos. 

Con la misma rapidez con la que los miembros de la familia Borgia ascendió a los más altos estamentos del poder, descendieron a la muerte de Alejandro VI y hasta desaparecer por completo. Sus maquinaciones entre los poderes internacionales le granjearon innumerables enemigos. El 6 de Agosto de 1503 el Papa Alejandro VI y su hijo César Borgia fueron invitados a un banquete en la residencia veraniega del cardenal Adriano da Corneto, junto a otros comensales. Un par de días después todos ellos cayeron enfermos. La juventud de César Borgia le permitió superar la "enfermedad" pero su padre y Papa Alejandro VI no tuvo tanta suerte y moría el día 18 del mismo mes. Fue enterrado en la misma tumba que su tío el Papa Calixto III. Se rumoreó que César había preparado un veneno destinado a ciertos comensales y que por ¿error? lo ingirieron ellos mismos...

RAFAEL FABREGAT

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