Está claro, no tenemos remedio. Estamos gafados. ¡Vaya mierda!. ¡Como no cambien el sistema y se otorgue el mismo valor a todos lo votos, procedan de donde procedan, no hay nada que hacer!. Habrá que buscar otros sistemas de recuento o estamos condenados a ser gobernados en minoría y por lo tanto en manos del fascismo independentista, sea vasco, catalán, o los dos juntos. Esos que nos miran burlonamente, por encima del hombro y solo buscando su máximo bienestar y nuestra ruina. ¡Y dicen que los españoles somos todos iguales!. No solamente somos diferentes sino que incluso los que mejor están, son los que más buscan mejorar. Me cuesta creer que la Constitución Española tiene armas que permitan un giro a tales abusos y más me cuesta pensar que, habiéndolo, no se aplique. Claro de los dos partidos principales (perdón por lo de principales) han gobernado en "mayoría absoluta" y ninguno de ellos ha aprovechado esa coyuntura para cambiar las reglas de juego. No debía convenirles, sin duda.
Ahora que las mayorías absolutas son imposibles, puede que hayan cambiado de parecer pero, de momento, han hecho tarde. Otra vez será. La paciencia -dicen- es la madre de la ciencia. No contento con lo que tenía, el inquilino de la Moncloa quiso repetir elecciones y aquí estamos con el extraño resultado de que VOX, al que se tilda de "fascista" y lo es, esté al borde de alcanzar los 50 escaños o quizás de superarlos. ¿Cómo es posible que suceda esto en un país moderado y hasta incluso más de izquierdas que de derechas?. Pues muy fácil. Esto sucede porque ni los socialistas del PSOE ni los conservadores del PP han hecho lo que se tiene que hacer en estos casos, que no es otra cosa que plantar cara a los independentistas catalanes y a los oportunistas vascos. Al parecer, los históricamente trabajadores y maestros del ahorro, léase vascos y catalanes, han decidido colgar estas bondades y convertirse en holgazanes sacamantecas, es decir, pasar a vivir ellos también de los sudores de los demás, con la excusa de las Comunidades Forales o de los evangelistas del inglés antisistema, sobornados por el capitalismo catalán. A saber, en verdad, qué idiomas hablan y de donde han salido los fascistas que exhiben tales pancartas, pero ahí están en cada manifestación y sea cual sea el motivo que les lleva a "hacer la calle".
Claro que a quien estrenó nuevo colchón y lo mandó colocar sobre el somier 200x200 de la Moncloa todo le resbala. ¡Mientras no se vea obligado a llamar al camión de la mudanza!. Se ve que, para él, todo lo demás es secundario.
El caso es que, con estas nuevas elecciones, no creo que haya cambios sustanciales. Va a quedar todo como estaba, o peor. La gente carece de criterio, o no es consciente de lo que se juega.
A mi me da risa cuando, cada vez que hay elecciones, veo a los políticos visitar mercados y acariciar las cabecitas de los inocentes niños. Saben bien esos tunantes que los inocentes no son los niños que de forma tan hipócrita acarician, sino los mayores que les conceden sus votos a cambio de tan falsas actitudes. ¡Qué lástima que no podamos prescindir de ese atajo de bribones!. Por lo que se ve, la España ingobernable va para largo. Ya decía no sé quien que, Europa empieza en los Pirineos...
RAFAEL FABREGAT
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