En este caso no se trata de la célebre canción de Julio Iglesias. Si digo que "la vida sigue igual" me refiero a que, después de ocho días fuera de España, vemos a nuestro regreso que aquí nada ha cambiado. Acabó, para nosotros, la tranquilidad disfrutada en unos países sin Televisión Española y, a nuestra llegada, vemos que por aquí sigue sin haber "noticias buenas". Como siempre, en España las noticias solo merecen la atención de los productores cuando son malas. Mal vicio el nuestro, mejor dicho, el suyo. Ya lo decía el entrenador del Barça Loouis van Gaal: "Españoles siempre negativos, nunca positivos". Siempre críticos de todo cuanto hacen los demás. Viendo la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio. Pues bien, nosotros nos lo perdemos, así no se puede ser feliz...
Ante la amenaza del Reino Unido de salirse de la Unión Europea por medio de un Brexit duro, se desploma la Bolsa y y el Ibex 35 cae en picado. Claro que eso no debe preocupar al trabajador corriente y al inversor mediocre. Pobres somos, pero mala vida no nos damos. ¡Y menos por esa gentuza que, como negros vampiros, solo busca chuparnos la sangre, subiéndose injustificadamente sueldos y prebendas!. Nosotros, los jubilados, no tenemos derecho ni deber de preocuparnos por los que quieren mandar y no pueden. Ya pusimos bastante de nuestra parte a lo largo de nuestra vida. Ahora toca preocuparnos solamente de llegar a fin de mes y de que los Viajes del Imserso estén prontamente a nuestra disposición. ¿Egoísmo?. Puede, pero resulta que estamos más que hartos de todo y muy especialmente de las aves de rapiña. Perdón, quería decir de los políticos.
Como suelo hacer cada día, una mala costumbre como otra cualquiera, he leído el periódico. ¿Qué dirán que he encontrado en sus páginas?. Pues sí, efectivamente: Políticos que solo piensan en su bienestar. Asesinos, normales o de género, todos escoria del ser humano. Fracasados del sistema cuya única satisfacción es que sigamos sus pasos y también fracasemos todos los demás. Separatistas que solo buscan el beneficio propio y solo nos quieren cuando de chupar nuestra sangre se trata. Deportistas, especialmente del fútbol, que cobran burradas de millones por no hacer casi nada la mitad de las veces. Atracadores callejeros y prostitutas que limitan la libertad de los viandantes en unas calles repletas de policía, pero sin control alguno...
La gente huye de las ciudades, aprovechando el descanso vacacional, pero no siempre encuentra lo que busca. La mayoría de las veces hay masificación en las salidas y en las entradas pero, para la mayoría, una vez allí siguen las estrecheces y las penurias propias de unas vacaciones con escasos recursos. Una Coca-cola para dos y una cama para tres. Eso si no hay que levantarse de madrugada, para que puedan acostarse otros. Lo más gracioso es que cuando, después de las vacaciones, vuelven a su casa y a sus quehaceres diarios, cuentan y no acaban: "Hemos estado en tal o cual sitio" -normalmente alguna playa de moda. "Lo hemos pasado genial. Sol, arena limpia, chiringuitos a tope y unas mariscadas..." ¡Ay Señor, a cuantos nos alimenta la harina...! ¡Y las ilusiones!.
Todo acabará con la llegada del mes de Septiembre. Bueno, afortunadamente. no acabará todo. Empezarán las clases de los escolares y de los abuelos que los acompañan. Los sufridos autónomos empezarán a facturar, recuperándose de los stocks pagados y no vendidos. Los abuelos empezarán a recibir las notificaciones del Imserso, en las que se les ofrecerán los anhelados viajes a módicos precios y las excursiones prohibitivas, que duplican el coste de los primeros. Pero, para mí, lo más importante es que con Septiembre llegan las soñadas setas silvestres que verán la luz tras las primeras tormentas de verano... A los de Castellón nos esperan en el Maestrazgo y en la Sierra de Gudar los boletus, los robellones o níscalos, las setas de cardo, las cantharellas, las llanegas negras y blancas y un largo etcétera que cumplirá sin duda todas nuestras expectativas. Feliz verano.
RAFAEL FABREGAT
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