Es sorprendente que a día de hoy todavía sigan existiendo amantes, pero ahí están. Todos conocemos a alguien que, además de estar casado y hacer una vida completamente normal, tiene una amante. ¿Cómo se come eso?. Pues nada, así, como se tragan otras muchas cosas. Porque infieles ocasionales... los hay a montones, pero otra cosa bien distinta es tener una amante fija. El infiel ocasional es lo que vulgarmente se conoce como "echar una canita al aire" y de esos, ¡buah!, pero otra cosa bien diferente es tener una segunda mujer, un amor fijo y secreto, en el que además del sexo juegan también sentimientos y hasta incluso intereses. De hecho hay montajes en toda regla. Porque algunas tienen incluso su propio piso, pagado por el amante y al que el susodicho acude cuando puede o cuando quiere. Según las ganas de "guerra" que haya.
En este segundo caso la amante recibe compensación e interesantes regalos. Incluso se van juntos de viaje. Cómo se las apaña el apasionado amigo para también quedar bien con su esposa, es algo que no viene a cuento. Algo inventará. Cualquier excusa laboral lo justifica sin mayor problema. Lo importante es que el hombre tiene una familia normal y bien cuidada, además de una amante satisfecha y bien remunerada. Para que todo funcione con normalidad el hombre ha de tener posibles y, si puede ser, que a la amante la tenga incluso retirada. En ese caso ella ya no trabaja y solo vive para él las 24 horas del día, mientras que él solo vive para ella a ratos. La verdad es que esto de tener amante, además de caro, es complicado. Sí amigos, tiene su miga.
Hay hombres, esposos y padres ejemplares, que solo lo son los fines de semana porque, como es natural, entre semana están "muy atareados". Para sus amantes es todo lo contrario. Durante la semana ellos pueden incluso ser demasiado fogosos, pero los fines de semana desaparecen como el Guadiana, pues tienen una familia a la que se deben en cuerpo y alma. ¿Vaya follón, no les parece?. La verdad, no sé si compensa... Tampoco para las amantes, porque la esposa y madre casi siempre suele ganar la batalla... Para la esposa la semana pasa rápidamente. Entre colegios, compras y coladas... Pero la amante... ¿En qué ocupa su tiempo libre?. Y, por cierto. ¿Qué saca la amante de todo esto?. Vivir sin trabajar no me parece suficiente compensación. Siempre escondiéndose de todo y de todos y sin ningún futuro por delante.
Él le dirá seguramente que es el amor de su vida, pero a la familia y a los hijos no puede abandonarles...
Y el tiempo pasa inexorable sin que su situación lleve a parte alguna. Es un presente sin futuro. Ella vive para él, con todos los gastos pagados, pero para esas mujeres el día de mañana no existe. ¿Qué vida es esa?.
¿Hasta cuando, seguir con las dos? -se pregunta él.
Me viene a la memoria la canción del inolvidable Antonio Machín: Corazón loco.
Desde el punto de vista del "mantenedor" la cosa parece clara. Para él...
"La esposa es el amor sagrado, la compañera de su vida, esposa y madre a la vez. La otra es el amor prohibido, complemento de sus ansias y al que no quiere renunciar... Él mismo no comprender como pueden amarse dos a la vez y no estar loco".
Ellas tampoco podrían comprenderlo... Más pronto o más tarde habrá que poner punto y final a todo esto.
- Es imposible seguir con las dos -dice Machín. (Pulsar play).
RAFAEL FABREGAT
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