Se trata de la portada de la iglesia de San Miguel de Mazarreros, al noroeste de la localidad española de Sasamón, en la provincia de Burgos. En medio de un campo de trigo, como si fuera obra del Diablo. Lógicamente ya no existe iglesia alguna y por lo tanto se nombra simplemente como "Arco de San Miguel de Mazarreros" pero está claro que no se trata de un arco, sino de una gran portada tardorrománica del siglo XII, construída para la iglesia del poblado allí existente siglos atrás.
La humanidad hace grandes unas cosas mientras abandona otras, no siempre para bien. San Miguel de Mazarreros fue abandonado en el siglo XV, por causas que desconocemos, al unirse a Sasamón. No andaría muy lejos la política o las presiones del cacique de turno, con pantalones o sotana, pero así fueron las cosas. Por intereses que desconocemos la aldea fue abandonada y todas sus piedras trasladadas al nuevo destino. Extraño también que la extraordinaria portada quedara allí impertérrita, como testigo del pecado cometido. Todo cuanto fue expoliado está ahora en la Plaza Mayor de Sasamón, en la Colegiata de Santa María la Real y frente al Ayuntamiento de la localidad, también culpable de que los hechos sucedieran de esta forma. Claro que por aquel entonces no había otras autoridades que las eclesiásticas, siendo las que ponían y quitaban a los ediles de turno.
Si en pleno siglo XXI y con Democracia pasa lo que pasa, no es difícil imaginar los abusos que se llevarían a cabo en aquellos tiempos del medievo. Sede episcopal, la Colegiata de Sasamón fue construida entre los siglos XII y XVII. El poder eclesiástico de esta iglesia fue tan grande que durante mucho tiempo los obispos de Burgos capital eran llamados "de Burgos y Sasamón". Tercera iglesia más grande de la provincia de Burgos, tras la Catedral y la Iglesia de la Asunción de Melgar. Como es natural faltaría piedra y la "cantera" la tenían a tiro de piedra, a menos de un kilómetro de distancia. Era un buen motivo para "eliminar" la aldea y todo su contenido. El mal llamado "Arco de San Miguel" es cuanto queda de la antigua iglesia, por completo abandonada de todos. Nada queda del antiguo poblado y menos aún de las sagradas paredes a las que esta majestuosa portada diera acceso. Nadie hace nada por mantenerla en pie. Cuando caiga alguien criticará su abandono, cuando ya no haya remedio...
RAFAEL FABREGAT
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