Tras la derrota de Napoleón, que los había conquistado en 1808 y hasta 1814, la zona denominada "Holanda" fue la que más colaboró en levantar la economía y la riqueza de toda la nación. Es por ello que sus habitantes empezaron a llamar Holanda a toda la nación, aunque actualmente suelen llamarlo Nederland que significa "Tierras Bajas" ya que más de 25% de su superficie está al nivel del mar o por debajo de éste. Cuando se piensa en Holanda la imagen son los tulipanes, los molinos de viento y el queso. Es un terreno completamente llano y de ahí viene su afición por las bicicletas. En invierno es sumamente fácil practicar el patinaje sobre hielo. Holanda es un destino magnífico para visitar bellísimas ciudades de histórica arquitectura, museos y multitud de restaurantes y típicos cafés.
Los hoteles son estupendos y ciudades como Mastricht, Amsterdam, Róterdam, Utrecht, La Haya y muchos más te ofrecen decenas de ellos y mucho más. Las catedrales son magníficas y los canales bellísimos. Es como una segunda Venecia, pero perfectamente controlada. Tiempos atrás solo los molinos de viento eran los encargados de mantener un nivel de agua aceptable y no siempre lo conseguían, pero modernísimas barreras impiden actualmente que el agua del mar entre donde no debe. Holanda fue uno de los países conquistadores y todavía hoy mantiene titularidad en algunas islas caribeñas como Bonaire, San Eustaquio y Saba. Hasta 2010 lo eran también las de Curazao y San Martín, como hasta 1986 lo fue la isla de Aruba. Todas ellas formaban parte de las Antillas Holandesas.
Los Países Bajos fueron tierras belicistas, cien veces conquistadas y recuperadas. Pueblos celtas, germánicos, romanos y bátavos pasaron por ellas. Los romanos fueron los primeros en construir ciudades donde solo había castillejos aislados y aldeas de rudimentarias chozas de piedra, con techos de paja. Influenciados por los romanos, los bátavos ya levantaron los primeros templos a sus dioses. Tras la reconquista del territorio y la expulsión de los romanos, los bátavos se dispersaron creando tres pueblos: los frisios, que se establecieron a lo largo de la costa, los sajones al este del territorio y los francos al sur. Entre los siglos IX y X estas tierras sufrieron los ataques vikingos pero éstos cesaron en el año 920 cuando Enrique I de Alemania liberó Utrecht. Con la dominación alemana llegaron tiempos de paz que cesaron ante las ideas independentistas de las ciudades y sus nobles.
Hasta el siglo XV dominaron el territorio los borgoñeses pero en 1493 el Tratado de Nimega y el casamiento de Felipe el Hermoso, duque de Borgoña, con Juana I de Castilla, vincula los territorios de los Países Bajos y Borgoña con la monarquía española, al mismo tiempo que Francia recibe los territorios borgoñeses a cambio del Condado Franco y la región de Artesia. Para que la unión de los Países Bajos con España fuera completa, faltaban apenas dos siglos, cuando a principios del XVI Carlos I de España y V de Alemania, por herencia y conquista, los unifica en un solo Estado. A Carlos V le sucedió Felipe II que, criado en España, no tenía apego alguno por los Países Bajos y la nobleza local lo vio indiferente a sus inquietudes. Siguieron peticiones de independencia y guerras, contra España y contra los países afectos, también más tarde contra Francia.
MASTRICHT (Paises Bajos). Cuna de la Unión Europea. |
Con Bélgica y Luxemburgo se creó el "Benelux" y posteriormente la Unión Europea, consiguiendo un crecimiento sin precedentes. Actualmente está entre los países más ricos del mundo y sin población por debajo del índice de pobreza.
RAFAEL FABREGAT
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