9 de febrero de 2010

0040- SER MUJER EN TIEMPOS DE FRANCO.

Los hombres y los niños a caballo, las mujeres a pie.
Durante más de treinta y cinco años que Franco estuvo en el poder, no siempre con la misma intensidad puesto que también el Régimen fue modernizándose, la mujer era vista únicamente como guía del hogar y de los hijos y por lo tanto de los valores morales del núcleo familiar. Poder... ¡sí, pero de puertas adentro!, por lo que también la educación de los hijos (obligatoriamente católica) era de su responsabilidad. Lo bueno y lo malo -de puertas afuera- era cosa del marido. 
Muchos años después, fervientes seguidores de las políticas franquistas suelen exclamar:
- ¡La mujer de hoy nada tiene que ver con la de antaño! Aquellas mujeres se vanagloriaban de aprender a coser un botón o realizar una sabrosa comida con la que alimentar a los suyos. 

Ahora sienten vergüenza de dedicarse a las labores del hogar y alardean de haber dejado a un lado la ternura que la naturaleza les ha dado para dedicarse, cual si de una competición se tratara, a cubrir los puestos de responsabilidad que el hombre ha tenido hasta ahora, alardeando de ser igualmente capaces... ¡O de superarle incluso!.
Estos comentarios, sin duda certeros por la gran escalada que las mujeres han protagonizado en el mundo actual, están muy mal vistos y dependerá del tono en que se hagan para que sean aceptados o no. Está claro que las mujeres alardean y con razón de los progresos realizados, pero generalmente el hombre ya no es el opresor cavernícola que algunas feministas pregonan, por lo que el respeto mútuo sería lo más aconsejable. Todos tienen "su" razón...
Ya en la prehistoria los hombres cazaban y las mujeres cuidaban de los hijos. Aún hoy, las tribus que de forma aislada viven emboscadas en las junglas más recónditas, mantienen esa misma forma de vivir. No se trata de que la mujer sea inferior al hombre. Aunque físicamente no tenga la fuerza de éste, la mujer está suficientemente preparada y capacitada para suplirle en casi todos los avatares que la vida pueda presentar, siempre que no se trate de una cuestión de fuerza bruta. 

Por el contrario ningún padre es capaz de suplir la ternura de la madre ausente. Las madres son... otra cosa. Otra cosa mucho más cariñosa y compleja. Por eso mismo, los roles que la naturaleza puso de manifiesto desde el primer día de la Creación, dicen que el hombre caza y trae la comida a la casa y la mujer la prepara y alimenta a los hijos. No lo dice nadie, lo dice la naturaleza. Sin embargo estos son otros tiempos y la modernidad dispone otras formas de vivir y de luchar. En el mundo actual tanto el hombre como la mujer son aptos para "cazar" y para preparar la comida con las piezas logradas y el que no lo admite tiene un serio problema y a la mujer en contra, la suya y las demás. Pero volvamos al tema... 


En tiempos de Franco, desde la Enseñanza Primaria hasta la que posteriormente ejercía la Sección Femenina de la Falange Española y de las J.O.N.S., la educación de las mujeres iba orientada a la labor de esposa y madre, dedicación a las labores del hogar y cuidado de los hijos. Subordinación al marido y claro exponente de un segundo lugar en la sociedad. Los tímidos intentos de emancipación de la mujer, que nacieron en tiempos de la II República, fueron rápidamente erradicados al ganar Franco la guerra civil. Lo más curioso es que las dirigentes femeninas del Régimen Franquista no predicaban con el ejemplo y en general eran de talante autoritario e independiente, no sumisas al varón. Dirigentes como Pilar Primo de Rivera no se casaban y tenían un trabajo que llenaba todas sus aspiraciones, no necesitando el marido que ellas mismas propugnaban para las demás.

Mediante Decreto de 28 de Diciembre de 1.939 se confió a la Sección Femenina la formación social y política de las mujeres, asignatura obligatoria que cumplían las niñas en los Centros de Enseñanza Primaria y que incluían Hogar, Educación física, Labores, Cocina y Economía doméstica; todo ello impartido por monitoras especiales y en cursos de tres a seis meses, que venían a completar la Enseñanza Primaria. Después de la guerra, en la gran concentración femenina que se celebró en Medina del Campo, Pilar Primo de Rivera le dijo a Franco:
- Mi general, estas son las secciones femeninas que durante la guerra acudieron a todos los puntos donde la patria reclamó su presencia.
Franco le contestó:
- Ahora os queda formar a las niñas y mujeres españolas, ya que la única misión que tienen asignada en la tarea de la Patria es el hogar.
Pilar Primo de Rivera agradeciendo su confianza afirmó:
- Ampliaremos su formación en las escuelas, para hacerles a los hombres más agradable la vida de familia y para que encuentren dentro de la casa lo que antes les faltaba. Así no pensarán en ir a pasar en la taberna los ratos de expansión.
- Así tiene que ser -respondió Franco, categórico.

En contra de las reticencias de la Iglesia católica, la Sección Femenina propugnó que se incluyera en los cursos de formación la práctica de la gimnasia por lo que, para que las deportistas no cayeran en inmoralidad, se vigiló mucho la indumentaria que se utilizaba en los ejercicios deportivos y aconsejando la colocación de pololos bajo las faldas; prenda holgada que permitía todos los movimientos sin que se pudiera ver un solo centímetro de los muslos.
En 1.975, con la muerte del Dictador, las cosas cambiaron... Surgieron los primeros grupos feministas que emprendieron una lucha sin tregua por reconquistar los derechos de la mujer y la Sección Femenina se diluyó. Pilar Primo de Rivera se retiró discretamente, convencida que algún día la Historia le reconocería la labor realizada.
Hay que señalar que, en los últimos años del Régimen, la situación de la mujer mejoró notablemente. El porcentaje de mujeres solteras que trabajaban era del 53%, el 16% de las casadas y el 44% de las viudas o separadas. Estas cifras dan una idea de la escasa incidencia de la mujer española en el mundo del trabajo remunerado y sin tener en cuenta, además, que la mayoría de las mujeres empleadas trabajaban en puestos secundarios y mal pagados. La Democracia trajo la luz a muchos sectores de la sociedad y también a la mujer. Treinta y cinco años después de instaurarse la Democracia en España, las mujeres están cubriendo la mayor parte de las plazas universitarias y entrando de lleno en el mundo técnico y empresarial.
Tendrán menos fuerza física pero... ¿Será verdad que nos superan en todo lo demás?. Mmmm. ¡No me extrañaría nada...!

RAFAEL FABREGAT

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