Últimamente se ha realizado un estudio severo sobre lo que ocurre en Madrid, capital de España y lugar donde (supuestamente) se come el mejor pescado y marisco del país. No es de extrañar si tenemos en cuenta que allí viven, o por allí pasan algunas de las principales fortunas españolas. Para ello los investigadores han estado comiendo en 53 locales de primer nivel y de diferentes distritos de la capital. En todos estos locales y cuando los camareros no prestaban atención, tomaban una pequeña muestra del plato y la metían en un pequeño cilindro de plástico para su estudio posterior. Pues bien. El resultado fue el siguiente: el 36% de los pescados pedidos no era el que les sirvieron. En un importante restaurante del Centro, pidieron Mero y les sirvieron Perca del Nilo, procedente de Etiopía... ¡Para mear y no echar gota!.
En otros mesones de los barrios de Chamartín y Salamanca, la carta ofrecía cazón y rodaballo, respectivamente, y les sirvieron Listado y Platija de Arena. Se ignora lógicamente si se trata de un fraude por cuestiones económicas, o si el pescado se adquiere mal etiquetado. Cada cual que piense lo que crea más conveniente. La cuestión es que, incluso en los restaurantes con cierto prestigio, una cosa es el pedir y otra bien diferente es el comer. Justamente por la misma razón, pueden incluso servirte un pescado de calidad superior (porque se les está pasando) a fin de no tener que tirarlo a la basura. ¡Esto señores no es de recibo!. Por lo menos en tu casa, si compras sardina comes sardina y ahorras un montón de dinero. Es lo que pasa. De vez en cuando quieres hacer un extra, gastas un dineral y no sabes lo que comes.

RAFAEL FABREGAT
P.D.- Leído en El País. (11-10-18) Manuel Ansede.
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