10 de octubre de 2018

2671- PEDRO, EL PRIMER PAPA.

No sabemos la fecha de nacimiento de Simón Pedro, apóstol de Jesús de Nazaret y primer Papa de la Iglesia Católica. Sabemos, eso sí, que nació a finales del siglo I a.C. en Betsaidia, pero poco aclara esto si tenemos en cuenta que había varias localizaciones con este nombre. Se cree que la que nos interesa (Marcos 6:45) estaba al Este del Jordán y no muy lejos de Cafarnaún. Otros cinco apóstoles de Jesús eran también de Batsaidia. 
Su oficio era el de pescador en el mar de Galilea, oficio que abandonó para seguir los pasos de Jesús. Basándose en las palabras del Maestro, recogidas por Mateo, (16:18-19) la Iglesia lo tiene por primero de los Papas de la Iglesia Católica. "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia".
La Iglesia Ortodoxa no está de acuerdo con esta aseveración puesto que, por mucho que fuera el amor y confianza que Pedro le inspirara, jamás construiría su Iglesia sobre las espaldas de un hombre, sino sobre la fe que en éste tenía. Según los ortodoxos, la Iglesia se construye sobre la doctrina de Jesucristo, hijo de Dios y no sobre Pedro que es al fin y al cabo un simple mortal aunque, eso sí, Apóstol que supo reconocer en la figura de Jesús lo que llegaría a ser para la humanidad el cristianismo. Pedro queda pues como apóstol predilecto de Dios y como Primer Obispo del cristianismo. 

Lo que hoy conocemos como Papas fueron desde siempre Obispos de Roma, aunque cabeza visible de la Iglesia Católica. El término Papa (padre) no se implantó hasta el siglo XI y solo para designar al Obispo de Roma, a excepción de la época de los Papas de Aviñón. Por ser la persona elegida por Jesucristo para seguir su apostolado, a Pedro se le representa como portador de las llaves del Reino de los Cielos, el gallo por las negaciones en presencia de quienes fueron a detener a Jesús, la cruz que es emblema de su martirio y el báculo como pastor de hombres. El personaje nació como Simón-bar-Jona, aunque Pablo de Tarso y el propio Jesús se dirigían a Pedro como "Cefas", que en arameo significa roca o piedra. La vida de San Pedro está recogida en el Nuevo Testamento y ampliada por documentos de Clemente de Roma (San Clemente) elegido Obispo de Roma en el año 88 de nuestra Era, pues coincidió en vida con alguno de los apóstoles de Jesús. Murió en el año 97 y sobre su tumba se levantó posteriormente la basílica de San Clemente de Letrán. También nos habla de San Pedro el ateniense Clemente de Alejandría. Nació hacia el año 150 y fue el primer miembro de la iglesia de esta ciudad egipcia. Nombrado presbítero tuvo que huir en el 203 de las persecuciones de Septimio Severo, buscando refugio en Cesárea junto al obispo Alejandro que ejerció posteriormente el apostolado en Capadocia. 

Allí vivió Clemente lo que le restó de vida y allí escribió numerosos libros de filosofía y teología, relacionando el cristianismo con la filosofía griega. Clemente nos cuenta también que Simón (Pedro) en el momento de  seguir los pasos de Jesús vivía en Cafarnaún, en la casa de su suegra, lo que nos indica que estaba casado, mencionando incluso el nombre de su hija Petronila. Sin embargo no habla de su esposa, lo que hace pensar que pudiera ser viudo. Entre los años 42-44 Pedro, que se encontraba en Jerusalén, fue encarcelado pero posteriormente liberado por un ángel. (?) Entre los años 50-51 también tuvo una intervención destacada en el Concilio de Jerusalén aunque limitada al pueblo judío. Según la tradición católica, posteriormente Pedro marcharía a Antioquía donde encontraría a Pablo y donde fundaría su primera iglesia católica. 

Tras presidir durante un tiempo la iglesia de Antioquía, Pedro se trasladaría a Roma para predicar el Evangelio, al tiempo que Pablo se trasladó a Jerusalén. Pedro llegó a Roma el 2º año de Claudio y como Obispo predicó el Evangelio durante 25 años, hasta su muerte el 14º año de Nerón. Murió martirizado y crucificado cabeza abajo en el Circo de la colina Vaticana, siendo sepultado en sus proximidades. Según San Jerónimo, Pedro fue enterrado en lo que después sería el Vaticano. En 1939 el Papa Pío XII ordenó que se excavaran los subterráneos del Vaticano para acallar las dudas sobre si era ese o no el lugar de enterramiento del primer Pontífice. Tras diez años de trabajos se encontró una necrópolis que se extendía en paralelo al antiguo Circo de Nerón, inundada toda ella de tierra por ser previsiblemente la base de la iglesia primigenia construída en el siglo IV por el emperador Constantino I el Grande sobre la sepultura de Pedro. 

Se hallaron cinco monumentos, el más antiguo de los cuales datada del siglo II. En una de las paredes del monumento una inscripción incompleta en griego "METP ENI" (PETRO ENI - Pedro está aquí). Debajo unas tejas que cubrían una tumba y alrededor de ella decenas de tumbas humildes que incluso se sobreponían unas sobre otras aunque sin que ninguna de ellas tocara la del centro. Ante tales evidencias y a pesar de no encontrar apenas restos, el Papa suspendió los trabajos dando por encontrada la tumba de Pedro, el primero de los Papas de la Iglesia Católica. 
Bajo la Basílica de San Pedro hay dos niveles que actualmente se pueden visitar. En el primer nivel están las Grutas Vaticanas con Papas y Reyes desde el siglo X. Un nivel más abajo, a 11 metros de profundidad, la Necrópolis y la tumba (dicen) de San Pedro.

RAFAEL FABREGAT

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