El territorio insular suma algo más de 300.000 Km2. y está habitado por un total de 96 millones de personas.
El idioma es una mezcla de las diferentes lenguas del país y de algunas palabras de origen español. La mayor parte de las grandes islas tienen su propio idioma, aunque también hay una parte de la población que habla inglés.
La Fiesta Nacional es el 12 de Junio, día en el que se conmemora la independencia de España y de Estados Unidos.
Con la independencia de España (1898) Filipinas intentó constituirse en República (de Malolos) que fue abortada por los Estados Unidos el 23 de Marzo de 1.901.
Declarándose en rebeldía, el filipino Macario Sakay asumió la presidencia y siguió luchando por la independencia hasta 1.907 cuando fue apresado y ejecutado.
Los últimos años del siglo XIX fueron convulsos en Filipinas. Todavía bajo dominio español (1896) se proclama la República de Kakarong.
Los últimos años del siglo XIX fueron convulsos en Filipinas. Todavía bajo dominio español (1896) se proclama la República de Kakarong.
Ante su fracaso se proclama en 1897 la República de Biak-na-Bato que también se disuelve a los pocos meses.
Tras la independencia de España, provocada por la guerra de ésta con los Estados Unidos, el 5 de noviembre de 1898 de proclama la República de Negros y en 1899 le sigue la República de Zanboanda, también disuelta por el ejército norteamericano.
En Abril de 1901 los Estados Unidos abolieron la República Filipina, nombre genérico que aglutina a todas las anteriores y continúa la ocupación del territorio hasta 1.946 cuando, tras el final de la II Guerra Mundial queda reconocida formalmente la independencia del territorio.
Hasta la llegada de Magallanes en 1.521 las islas Filipinas no eran un estado único, sino que el poder estaba dividido entre sultanes y rajás que llevaron a las islas el islam y por supuesto el budismo y el hinduismo. Magallanes reclamó para España el archipiélago y unos años más tarde, en 1.542, el explorador español Ruy López de Villalobos bautizó dos de las islas con el nombre de "Felipinas" en honor al rey Felipe II. Finalmente el nombre derivó en "Filipinas" para referirse a todo el archipiélago. En 1565 comenzó la colonización del territorio con la llegada de Miguel López de Legazpi que venía de Nueva España cargado de colonos. Aunque los primeros asentamientos fueron en Cebú, prontamente instalaron la capital en Manila. Con el mandato español, previamente tratado con las familias reales nativas, se logró por primera vez la unidad política del archipiélago.
Desde entonces y hasta 1.821 las Filipinas fueron gobernadas como territorio del Virreinato de Nueva España, administrándose desde Madrid a partir de la independencia de México.
Filipinas 1.895. |
Desde entonces y hasta 1.821 las Filipinas fueron gobernadas como territorio del Virreinato de Nueva España, administrándose desde Madrid a partir de la independencia de México.
No todo fue paz y quietud durante los más de cuatro siglos que Filipinas fue gobernada por los españoles. Rebeliones indígenas y multitud de desafíos de piratas chinos, portugueses y neerlandeses obligaban a la constante vigilancia de las tropas españolas. Una extensión de la Guerra de los Cien Años llevó fuerzas británicas al archipiélago que tomaron Manila durante un breve espacio de tiempo. Aliados con algunos líderes locales los británicos organizaron revueltas que fueron neutralizadas en 1.763. A principios del siglo XIX Filipinas se abrió al mercado internacional y llegaron sustanciales cambios para la sociedad.
Esta momentánea mejora atrajo a numerosos colonos españoles y latinos que prontamente provocaron el malestar de los criollos que fue el detonante de la Revuelta de Calvite (1872) precursora de la revolución filipina y proclamaciones republicanas de finales de siglo. Tras varios conflictos con Norteamérica y la llegada de la II Guerra Mundial vino la ocupación japonesa que abocó a una Segunda República Filipina de nefastas consecuencias por los múltiples crímenes de guerra acontecidos, miles de prisioneros maltratados y otros tantos que fueron fusilados sin más motivo que el no poder obedecer las órdenes militares japonesas debido a la grave desnutrición. La moral de los filipinos, hambrientos y enfermos, cayó en picado tras la marcha estadounidense y en breve plazo hubieron de rendirse a los japoneses.
La intendencia japonesa solo tenía previsto hacer un máximo de 25.000 prisioneros y no los 76.000 que realmente hubo. Las consecuencias fueron la eliminación masiva de buena parte de ellos. Sin nada que comer en los tres primeros días y sin otra agua que la de los charcos, centenares de prisioneros enfermaron y muchos de ellos murieron antes de llegar al Campo de Concentración. Los que quedaban atrás eran ensartados con las bayonetas o atropellados por los camiones. Enviados posteriormente por ferrocarril, a razón de 100 prisioneros por vagón y obligados a caminar los 9 Km. que faltaban hasta el Campo O'Donnell se calcula que entre siete y diez mil murieron antes de llegar. La desnutrición, las enfermedades y el maltrato recibido dejaron aquel camino sembrado de cadáveres.
Tan criminal fue el maltrado sufrido por aquellas gentes que al final de la guerra los responsables de aquella masacre fueron juzgados y fusilados. Pero al pueblo filipino le faltaba un último capítulo que sufrir... Una insurgencia comunista provocó el inicio de una dictadura que había de durar diez años más. Tras la dictadura de Ferdinand Marcos, por fin, se convocaron elecciones presidenciales en 1.986, pero las ganó el dictador. Ante las protestas masivas de la población algunos militares presentaron su dimisión, motivo por el cual Marcos y sus aliados huyeron a Hawai. En fin, todo aquello forma ya parte de un pasado turbulento que no debe repetirse, pero tampoco olvidarse. Actualmente, ya dentro del siglo XXI, Filipinas es una República Democrática consolidada cuya economía está en constante desarrollo.
Ánimo amigos, desde España os deseamos lo mejor.
RAFAEL FABREGAT
Esta momentánea mejora atrajo a numerosos colonos españoles y latinos que prontamente provocaron el malestar de los criollos que fue el detonante de la Revuelta de Calvite (1872) precursora de la revolución filipina y proclamaciones republicanas de finales de siglo. Tras varios conflictos con Norteamérica y la llegada de la II Guerra Mundial vino la ocupación japonesa que abocó a una Segunda República Filipina de nefastas consecuencias por los múltiples crímenes de guerra acontecidos, miles de prisioneros maltratados y otros tantos que fueron fusilados sin más motivo que el no poder obedecer las órdenes militares japonesas debido a la grave desnutrición. La moral de los filipinos, hambrientos y enfermos, cayó en picado tras la marcha estadounidense y en breve plazo hubieron de rendirse a los japoneses.
La intendencia japonesa solo tenía previsto hacer un máximo de 25.000 prisioneros y no los 76.000 que realmente hubo. Las consecuencias fueron la eliminación masiva de buena parte de ellos. Sin nada que comer en los tres primeros días y sin otra agua que la de los charcos, centenares de prisioneros enfermaron y muchos de ellos murieron antes de llegar al Campo de Concentración. Los que quedaban atrás eran ensartados con las bayonetas o atropellados por los camiones. Enviados posteriormente por ferrocarril, a razón de 100 prisioneros por vagón y obligados a caminar los 9 Km. que faltaban hasta el Campo O'Donnell se calcula que entre siete y diez mil murieron antes de llegar. La desnutrición, las enfermedades y el maltrato recibido dejaron aquel camino sembrado de cadáveres.
Tan criminal fue el maltrado sufrido por aquellas gentes que al final de la guerra los responsables de aquella masacre fueron juzgados y fusilados. Pero al pueblo filipino le faltaba un último capítulo que sufrir... Una insurgencia comunista provocó el inicio de una dictadura que había de durar diez años más. Tras la dictadura de Ferdinand Marcos, por fin, se convocaron elecciones presidenciales en 1.986, pero las ganó el dictador. Ante las protestas masivas de la población algunos militares presentaron su dimisión, motivo por el cual Marcos y sus aliados huyeron a Hawai. En fin, todo aquello forma ya parte de un pasado turbulento que no debe repetirse, pero tampoco olvidarse. Actualmente, ya dentro del siglo XXI, Filipinas es una República Democrática consolidada cuya economía está en constante desarrollo.
Ánimo amigos, desde España os deseamos lo mejor.
RAFAEL FABREGAT
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