
Sin embargo la fiesta es muy anterior, de origen Celta y prontamente instalada en la región ibérica de Gallaecia (Galicia) de la que se consideran primeros habitantes. Era conocida como Samhain, expresión que deriva del irlandés antiguo y que significa "fin del verano". El Samhain se celebraba tras la recogida de las cosechas y se consideraba el fin de año Celta, pues era el comienzo de la época oscura por sus días más cortos y fríos, en los que era más propicia la llegada de los espíritus. Numerosas ceremonias llamaban a las almas de los ancestros y espíritus benignos, al tiempo que los espíritus dañinos eran alejados. Para evitar ser dañados por estos últimos es por lo que las gentes se vestían con máscaras, lo más parecido a esos espíritus del mal, a fin de auyentarlos hacia el más allá.

Aunque desde los primeros años de nuestra Era los romanos ya hicieron incursiones esporádicas en territorio británico, no fue hasta el año 43 cuando se llevó a cabo la invasión definitiva. Fue con la ocupación Hispánica y Británica de las tierras de los antiguos Celtas, cuando la festividad de Todos los Santos fue asimilada por los romanos y emparejada a otra que ya ellos celebraban a finales de Octubre o primeros de Noviembre en honor a la diosa Pomona, diosa de los frutales y que daba fin a la cosecha de manzanas, por lo que ambas fiestas quedaron unidas en una sola.

En 1.840 la fiesta llegó a Estados Unidos donde tuvo un éxito impresionante. Los portadores fueron los irlandeses que llegaron con motivo de la Gran Hambruna de la patata (1845-1849) y por muchos gallegos que huían de la miseria y el hambre. Fueron los irlandeses quienes difundieron la costumbre de tallar las calabazas (Jack O'Lantern) inspirada en la leyenda de Jack el tacaño. El éxito de la fiesta de Halloween fue progresivo, alcanzando gran popularidad en el desfile de Minnesota de 1.921, al que inmediatamente se unieron otros muchos estados. La celebración no cesó en incrementar su popularidad y la internacionalización llegó a finales de los años 70 con el cine.


En Europa ya desde el primer año de vida (en las guarderías) se inculca la fiesta de Haloween. Está bien esto de utilizar la fiesta como tal y no como recuerdo siniestro, pero todo tiene su medida. La juventud, justamente por ver la muerte de lejos, ha tomado el rumbo más siniestro de la fiesta olvidando que también para ellos su destino es el mismo. Los disfraces normales ya no les satisfacen y ultimamente les resulta más apetecible disfrarse de zoombis, más satisfactorios cuanto más desagradables.



Allí tampoco lo admitieron por el pacto realizado, por lo que el Diablo lo condenó a vagar por los caminos del mundo con un nabo hueco y una brasa dentro como única luz. Con el paso del tiempo Jack el Tacaño fue conocido como "Jack el de la Linterna" que más tarde se abreviaría como Jack O'Lantern.
Este es el motivo de que se utilizaran primero nabos y más tarde calabazas, para alumbrar el camino a los muertos en la noche de Halloveen y también el colocarlos después en las puertas de las viviendas a fin de evitar que el espíritu de Jack llegara a sus casas para proponer el Truco o el Trato (Trick-or-Trating). Como bien dijo "Perico el de los Palotes" a la gente sin escrúpulos, que tanto abundan en el planeta, ni agua.
¡Y hay que ver los que hay...! ¿Quien no conoce al menos tres o cuatro, como el de la foto?. Bueno, su apariencia no es la misma. Unos se disfrazan de personas de bien, otros incluso de tontos, pero repasad su vida. La Biblia lo dice bien claro: ..."Por sus frutos les conoceréis..."EL ÚLTIMO CONDILL

¡Y hay que ver los que hay...! ¿Quien no conoce al menos tres o cuatro, como el de la foto?. Bueno, su apariencia no es la misma. Unos se disfrazan de personas de bien, otros incluso de tontos, pero repasad su vida. La Biblia lo dice bien claro: ..."Por sus frutos les conoceréis..."EL ÚLTIMO CONDILL