19 de octubre de 2011

0518- ELECTRODOMÉSTICOS, EL BOOM DE LOS 60.

REEDICIÓN.
Naturalmente en las ciudades todo va con algunos años de adelanto, pero en los pueblos y concretamente en nuestro querido Cabanes (CS), hasta mediados de la década de los 50, pocas personas habían visto una lavadora y menos aún la tenían en su casa. 
¿Para qué, si en las casas no había agua corriente ni desagües?. ¿Qué podíamos hacer con ella?.
Las pocas que había eran ese modelo redondo de carga por arriba y eje central rotatorio cuya agua había que traer con cántaros de la fuente y llenarla y vaciarla con cubos.
Toda unA incomodidad que no ahorraba esfuerzo, ni compensaba el desembolso que había que hacer para su adquisición.


En cuanto a las cocinas... En el 85% de las casas se cocinaba directamente en la chimenea con leña; un 5% en cocina económica de leña o carbón y un 10% en infiernillo de petróleo, de un olor apestoso que llenaba toda la casa y con no poco riesgo.
Justamente en nuestra casa se quemó y el susto fue grande, hasta el punto de no reemplazarse hasta la llegada del gas butano. 
Otra cosa más: el cuarto de aseo, en aquellos tiempos, no existía.
De las neveras, ¿qué quieren que les cuente?. Su nombre nunca fue más adecuado puesto que, en los modelos de más categoría, no eran otra cosa que un cajón de madera con patas, aislado interiormente con zinc y pintados con esmalte blanco por fuera. 
Ya no digamos cómo serían las más sencillas...
Su funcionamiento era ponerle cada día media barra de hielo, que traían los recaderos desde las fábricas de Castellón, en cajas de madera y protegidas con cáscara de arroz para evitar que se derritiera durante el largo viaje, por la velocidad que no por la distancia.
También había aparatos de radio, pero solo en un 10% de las casas. 
La televisión todavía no había llegado por estos lares, pero lo haría pronto. 
Los primeros televisores, todos extranjeros, llegaron hacia 1956/58. Hasta 1.959 no se fabricaron televisores en España. De todas formas los repetidores eran escasos y por lo tanto lejanos, por lo que se precisaban parrillas muy grandes que nada garantizaban.
Las deficiencias y los cortes de señal eran continuos pero ¡aquello parecía un milagro!. ¿Cómo se podía ver lo que ocurría en otro lugar y en el mismo instante que sucedía?. 
Era la pregunta que todos nos hacíamos y para la que no teníamos respuesta. Después, para colmo, pusieron un segundo canal (UHF). 

Los aparatos eran tan caros que, para fomentar la compra, en 1.961 el gobierno decidió eliminar el impuesto de lujo.
A partir de 1.962 ya se permitió su compra a plazos y la publicidad de televisores era mucho más económica que el resto de productos. 
Al final de la década de los 60 se había pasado de las 50.000 unidades a los 3.500.000 de televisores, que se dice pronto, considerándose que el 40% de las viviendas tenían televisor, lo cual no era cierto puesto que eso era la media. Había por tanto algunas casas con dos o más televisores y otras sin ninguno.
En las ciudades superaban el 50% y en el medio rural apenas se llegaba al 20%. 
Eso sí, los bares todos tenían televisión y los particulares que disponían del aparato recibían todas las noches las visitas de sus vecinos. ¡Toda una fiesta y un orgullo para el afortunado poseedor!.
En Cabanes el primer televisor se instaló en el Bar de Nieves la de Xulla. El motivo no era otro que su hijo (Herminiet) era representante de la firma ASKAR y había que promocionar el nuevo aparato. 

P
ocos días después, como si de una carrera se tratara, ya lo instalaron el Bar de Roc y el de Toni el de la Perra, ambos un Telefunken alemán, de la casa JOVINO de Castellón. Esta firma fue también la que instaló en la provincia (unos años después) el primer televisor de color. Uno de los primeros también, por hacerse representante de la marca, se instaló en el Bar Julve de la Ribera de Cabanes.
El acontecimiento era de tal naturaleza que un vehículo dotado de megafonía recorrió la provincia anunciando el evento y tirando octavillas publicitarias por la ventanilla, con la consiguiente invitación para asistir a la inauguración del evento: Ver en color todo aquello que salía en la "tele". En principio, a mucha gente lo del color no les gustó porque decían que "no era natural".(!) Algunos incluso le cogieron miedo...

Aparte de los representantes locales, como el citado Herminiet el de Xulla, Fransuà Julve y el citado JOVINO de Castellón, también abrió tienda Pepe el Xato y más tarde María Pilar Babiloni. 
De todas formas la primera tienda de importancia, en la localidad de Cabanes, la abrió Rafael el de la Blanqueta hacia 1.965, en el antiguo local de Tejidos Cuevas.
El tal Rafael, era propietario de la firma castellonense Electrodomésticos Avenida y, como es natural, buscó triunfar en su pueblo natal. 
Cierto domingo, a la salida de la sesión del cine Benavente, un gran gentío se amontonó en la confluencia de las calles San Vicente, Ramón y Cajal y Plaza dels Hostals, entonces del Generalísimo Franco. 

El motivo era que el citado personaje, sentado con otros amigos en la terraza del Bar de Xulla, con un pequeño mando inalámbrico cambiaba de canal un televisor que tenía conectado en la ventana de la tienda, que utilizaba como escaparate. 
¡Y hasta le quitaba o daba volumen a voluntad...!. ¡Increíble!
Aquello no había hecho más que empezar. Una década más tarde, prácticamente todo el mundo tenía televisor, cocina, horno de gas, frigorífico eléctrico y lavadora de carga frontal. 
Había llegado la modernidad y con ella, el alcantarillado, las calles asfaltadas, el agua potable y los cuartos de aseo con agua caliente; modestos sí, pero suficientes. 
Por fin la gente dejaba de oler a gente, la miseria quedaba atrás. 
Todo llega, es cuestión de saber esperar. 
Pronto llegaría también la Democracia y las libertades tantas veces (en voz baja) reclamadas...

RAFAEL FABREGAT

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