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Luis XIV. |
No vamos a conocer en este relato sus dotes como gobernante, pero sí que su pensamiento siempre estaba orientado hacia el poder, el arte y las mujeres, aunque en orden inverso.
Considerado uno de los emperadores con más amantes de la historia de Europa, baste decir que tuvo 17 hijos reconocidos y a saber cuantos más sin reconocer. Seguramente otros tantos y nos quedamos cortos. Los preservativos brillaban por su ausencia en aquella época, ya que solo se había inventado el intestino ciego de cerdo. ¡Puafff!, diría él a esos inventos... Por su cama pasaron decenas de bellas mujeres de la más alta aristocracia. Otras tantas por la cama de ellas y otras más, aquí te pillo y aquí te mato, en sofás, pasillos y hasta sobre la piedra de la cocina. Toda una fiera, vaya...
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María Teresa de Austria. |
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Madame de Maintenon, el rey Sol. |
Antes de su primer matrimonio, con María Teresa de Austria, ya las tenía y siguió teniéndolas durante su matrimonio y después de éste. Pero las amantes, en cantidad y calidad, llegaron en la viudez. Luisa de Le Devalière, fué la primera amante oficial de Luis XIV y con la que tuvo 4 hijos más, de los cuales solo dos sobrevivieron.
A ésta siguió Madame de Montespan (Françoise Athénaïs) con dos hijos de su matrimonio con el conde de Montespan y 7 con nuestro protagonista, el fogoso Luis XIV..
El rey la conoció en 1666, cuando ya estaba cansado de Luisa Devaliere y un año después la convirtió en su amante. Enterado su esposo, el conde, armó un gran escándalo, a causa del cual fue encerrado en prisión y después exiliado. El refranero español lo dice bien claro: ."Contra mayores, no vayas" pero, como él era francés, seguramente no lo conocía...
Pero, como hemos dicho anteriormente, tuvo muchas más amantes y siguieron Marie Mancini, Catalina de Gramont, María-Angélica de Fontanges, Bonne de Pons, Madame d'Heudicourt, Madame de Maintenon, con la que se casó en secreto, etc., etc., etc. En fin, una lista interminable, solo de las oficiales y archiconocidas. De las demás, ni os cuento. Al final de la vida, ya "cansado de estar siempre haciendo lo mismo" y como la edad no perdona, tampoco a los reyes, el rey Sol se dedicó tan solo a aventuras de una noche, ¡pero también esto le cansó!. Finalmente, fue perdiendo interés debido a la influencia de Madame Maintenón, o eso pensaba ella, que intentaba conducirlo por un camino más virtuoso. Se ve que esta buena señora no lo conoció con algunos años menos.
¿Se salvarían las criadas de buen ver...?
Mmmm., lo dudo.
RAFAEL FABREGAT
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