24 de julio de 2020

3001- HABLAR A VOZ EN GRITO.

¿Se han fijado que la gente habla más fuerte, cuando ha de llover?. Es curioso y hasta increíble, pero así es. No hace mucho que me lo dijeron, yo nunca me había fijado en ese detalle, pero creo que es cierto. Hoy mismo, cuando estábamos almorzando en el bar, todos hablaban "a grito pelado" y antes de una hora estaba lloviendo. Parece cosa de broma, pero creo que es verdad. Está claro que en los países mediterráneos la gente solemos hablar más fuerte de lo normal, es nuestra forma de ser, pero ese tono aumenta considerablemente cuando se avecina la lluvia. ¿Por qué?. ¡Ah!. Pues no lo sé. La explicación la he buscado en cuantos lugares se me ha ocurrido, pero no la he encontrado. ¡Será el aumento de la presión atmosférica...!

En los países nórdicos la gente forma grupos pequeños y habla entre susurros. No es que tengan nada que esconder pero les parece una indiscreción que otras personas, que nada tengan que ver con ellos, participen de sus problemas o alegrías por el solo hecho de escuchar sus comentarios. A la gente mediterránea no nos importa en absoluto que otras personas oigan nuestras conversaciones con los demás, si no hay secreto alguno en ello. Es una mezcla de sociabilidad y de falta de pudor. Cuando viajamos al extranjero no es difícil reconocer a nuestros compatriotas en un museo o bar cercano. Son aquellos que hablan a gritos y ríen con fuerza, con o sin motivo aparente. Es nuestra manera de ser. ¿Qué le vamos a hacer?.

Nos gusta quedar con amigos, con cuantos más mejor, y reunirnos en bares o restaurantes para charlar y sin importarnos que nos oigan otras personas de alrededor. Los niños se reúnen entre ellos y juegan a todo gritando como posesos, sin que a sus padres les importe. Por el contrario, en los países anglosajones les mandan callar pero en un tono que apenas si se dan cuenta los demás. Esta gente, acostumbrada al frío permanente y cuyas reuniones de amigos o conocidos se hacen preferentemente en sus casas particulares, no necesitan aumentar el tono de la voz para hacerse oír. Claro que esto de hablar a gritos no tiene el por qué ser general y hay gente que no gusta de esta práctica, aunque sea mediterráneo. De todas formas, los especialistas del lenguaje nos dicen que es más fácil acostumbrarse a hablar alto que hacerlo en voz baja.

De todo esto se desprende que si crees que hablar bajito te hace distinguido estás equivocado. Tus interlocutores pueden pensar muy fácilmente que eres un egocéntrico que pretende que todos estén pendientes de tus cuchicheos y dejen de prestarte atención. El volumen de nuestra voz es también una cuestión que tiene que ver con la pandemia que estamos padeciendo. España es, junto con Italia, uno de los países con más contagios del Covid-19. Uno de los motivos es que, al hablar alto, se emiten al aire más partículas del virus lo cual hace que, aún llevando mascarilla, se favorece el contagio mucho más de lo que pueda suceder en los países nórdicos que hablan susurrando y sin que apenas salgan partículas de sus bocas. Todo es allí comedido...

Incluso cuando hablamos con el móvil, somos muchos los que elevamos el tono de la voz, como si habláramos sin él. Quienes vivimos en un piso bajo, algunas veces oímos voces airadas en la calle y nos asomamos creyendo que se trata de alguna pelea y resulta que es alguien que está hablando por teléfono. ¡Increíble!. La explicación es que nuestras calles también son muy ruidosas y, para hacernos oír, queremos "competir" con los ruidos de fondo. Está claro que los factores educacionales son importantes a la hora de hablar más o menos alto, pero también hay factores que pueden hacernos pensar equivocadamente que debemos elevar el tono de nuestra voz. Eso sin olvidar el ruido ambiental. A más ruido ambiente más necesidad de hablar fuerte y en España, donde las obras jamás terminan, los ruidos siempre son muchos y fuertes.

RAFAEL FABREGAT

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