Ya sé que no voy a descubriros nada nuevo. Últimamente cualquiera tiene acceso a internet, al tiempo que la televisión nos muestra decenas de documentales cada día. Todo está visto y nada puede ya sorprendernos pero, desde mi punto de vista, éste es uno de los paisajes más bonitos que hay en nuestro planeta. Con una extensión de 1.500 Km2. y cerca de 2.000 islas, el visitante tiene la impresión de estar en otro mundo, muy distinto a cualquier otro lugar de la Tierra. Imagino que ya sabéis que estamos al norte de Vietnam, en la provincia de Quang Ninh y en el golfo de Tonkin, cerca de la frontera China y a tan solo 170 Km. al este de Hanói. Se trata de elementos kársticos e islas de todas las formas imaginables, rodeados de un mar de color eternamente esmeralda.
Lo más curioso es que para nosotros, los occidentales, estar en este singular paraíso no es nada caro. Es verdad que el lugar está ciertamente apartado y los viajes cuestan mucho dinero, pero también lo está Tahilandia y sin embargo son millones los que allí viajan, sin tener nada especial que ver. Se trata simplemente de que Tahilandia es más turística y por lo tanto las infraestructuras están mejor preparadas para recibir a los visitantes, pero Vietnam también tiene mucho que ver y no está tan visto y menos aún explorado por el turismo de masas. Aquí también hay hoteles perfectamente equipados de cuatro y cinco estrellas, al precio de 60 y 90 euros respectivamente.
Lujo asiático a precio de Hostal español de una estrella. La comida espectacular, con un marisco recién sacado del mar y a precios de risa.
Las distracciones, naturalmente no son las mismas que en una gran ciudad tahilandesa como Bangkok, pero si muy interesantes e incluso más emocionantes. En la costa de Ha Long puedes tomar largos baños de sol y de mar en sus playas paradisíacas, pero también puedes hacer grandes excursiones por las diferentes islas y descubrir magníficas cuevas submarinas. En sus pequeños puertos hay dos tipos de embarcaciones: las de pesca y las de turismo. En las segundas tienes a tu disposición juncos para grupos o kayaks para ir de por libre.
Eso sin contar las innumerables opciones que hay en el tema de senderismo, escalada y por supuesto submarinismo. Si no te gustan las aventuras, también puedes visitar este lugar paradisíaco a través de un crucero. Con este sistema también lo verás todo, pero sin aventurarte en experiencias personales para las que quizás no estés preparado. Los barcos son mucho más pequeños que los que estamos acostumbrados a ver en occidente, pero no exentos de comodidades. Asía no es Europa así que, si optas por un crucero, mi consejo y el de los expertos es que elijas uno de lujo. Vietnam es un país muy económico y por lo tanto, reservándolo con tiempo, aún siendo de lujo puede salirte económico.
Ten en cuenta que, aunque te encuentres en la Bahía de Ha Long, las comidas tendrás que hacerlas mayoritariamente en el barco y allí no van a darte langosta recién sacada del mar. Si tienes suerte de probarla será sin duda congelada y no se sabe de qué procedencia. Eso sin contar que las bebidas no estarán incluidas y si te pides una botella de vino te va a costar a precio de oro. En cuanto a las excursiones, para que te salgan económicas tienes que contratarlas en origen y sin saber exactamente lo que vas a ver, pues son muchas las opciones que tienen para un mismo o parecido destino. Se trata pues de ver todas las opciones e indagar sobre las experiencias de otros viajeros. Por cierto... Allí hay más gente que moscas y las mascarillas brillan por su ausencia. ¡Atención pues al Covid-19!.
RAFAEL FABREGAT
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