Es una auténtica paradoja que en pleno siglo XXI y después de más de 200 años de la Era de la Industrialización y avances continuos de la humanidad, inventemos el molino de viento para fabricar electricidad. Yo, por mí, encantado. Nada que decir al respecto, puesto que está dando trabajo a mucha gente de nuestra comarca y de Cabanes en particular pero resulta chocante que, justamente a las afueras de nuestro pueblo, nos miren desde hace un montón de años las ruinas de un molino de viento que nadie de los que vivimos actualmente lo ha visto en funcionamiento y ni siquiera de pie y nos olvidemos de que allí está. Cuando yo era un niño y tengo más de setenta años, ya era exactamente igual que ahora, un trozo de pared y un montón de piedras desperdigadas por la maleza de leñas bajas en ese cerro en el que se ubica el Calvario de Cabanes, o Iglesia del Santísimo Cristo de la Agonía y que pertenece a la partida de La Forqueta, que es el cerro adyacente. Yo me entero ahora, jamás se lo había oído decir a nadie, que el citado "Molinet del Vent" se cree construido a finales del siglo XVIII o principios del XIX y no hace tanto tiempo que dejó de existir.
Por lo visto, aunque totalmente abandonado y seguramente sin techo, fue en la Guerra Civil cuando fue derribado durante el bombardeo que sufrió Cabanes el día 18 de Mayo de 1938 y en el que cayó parte del Ayuntamiento y varias casas, muriendo una persona. Nada había en el Molinet del Vent que valiera la pena, para merecer el gasto de lanzarle una bomba, pero al piloto del bombardero le chocaría la imagen del antiguo molino y fue a por él, derribándolo en parte.
El acceso tradicional de esta construcción arrancaba en las casas y corrales que había ya en aquella época en lo que los vecinos de Cabanes denominamos "Barrio o cases del Calvari". Actualmente dicha senda está desaparecida y ya ninguna otra la sustituyó. En mi niñez los chavales íbamos todavía a jugar a la guerra por dicho paraje, pues ni siquiera había televisores y en su entorno había incluso trincheras que no llegaron a utilizarse, puesto que el frente nunca llegó a este pueblo. No anduvo lejos, puesto que hubo grandes batallas a escasos 25 Km. de Cabanes pero, como he dicho antes, afortunadamente aquí solo hubo un bombardeo sin fundamento que era fin de fiesta del que correspondió a Benicasim y Oropesa. Piloto y bombardero serían gente joven sin duda y habiéndoles sobrado media docena de bombas decidieron soltarlas sobre nuestro querido Cabanes.
Menos mal que no se cargaron nuestro Arco Romano, que también hubiera podido ser, habida cuenta la escasa capacidad cerebral de algunos energúmenos. Nada nuevo bajo el sol, puesto que energúmenos del mismo calibre tratan ahora, veinte siglos después, de "colocarnos" que el histórico Ildum romano estaba en Vilanova de Alcolea y no en Cabanes, como históricamente ha sido considerado hasta ahora. Sin duda los antecesores de quienes dirigen el "Castellón Cultural" vivían allí, en el Hostalot de Vilanova. Olvidan que cuando los primeros moriscos se instalaron en la antigua Cabanes del siglo VIII, construyendo las cabañas que dieron nombre a nuestro pueblo entre antiguas ruinas de origen sin duda romano que todo el mundo interpretó como originarias de la antigua Ildum. El nombre de Cabanes deriva del latín capannas (cabañas) que era la peculiar forma lingüista de los mozárabes valencianos. Claro que a los dirigentes de Castelló Cultural todo esto se la trae floja.
Pero, en fin, esta entrada va de molinos y de lo obsoleto que, al menos sobre el papel, parece este tipo de infraestructuras en estos tiempos donde casi todo está inventado o, como mínimo, muy adelantado. Incluso los molinos persas, con más de 1500 años de molinos de viento en funcionamiento, consideran que no habrá ya relevo ni restauración para ellos. El viento ya fue utilizado por los humanos desde la antigüedad. Con la fuerza del viento se cruzaron los mares, se bombeó agua de ríos y pozos y se molieron granos entre piedras que giraban con la fuerza del viento y del agua de los ríos. Los primeros molinos de viento se inventaron en Persia, actualmente Irán, en la antigua ciudad de Nashtifan y alrededor del siglo V d.C. Eran de seis a doce velas rectangulares, de transmisión vertical y cubiertas con esteras de cañas o de tela. Debajo estaba el molino en sí, dedicado principalmente a moler caña de azúcar primero y de grano después.
Su uso se generalizó en todo Oriente Medio y se extendió más tarde a Europa, China e india, aumentando sus utilidades, sobre el grano y otras materias.
Estos molinos de Nashtifan todavía están en uso a día de hoy, debido a los fuertes vientos que azotan esta zona iraní.
Sin embargo nadie cree que este interesante e histórico invento pueda llegar mucho más lejos, como tampoco llegó nuestro querido Molinet del Vent de Cabanes. Los tiempos cambian y nada se puede hacer al respecto.
El de nuestro pueblo lo destruyeron las bombas pero, como se ha dicho antes, su uso ya estaba entonces totalmente paralizado. Los molinos iraníes no los destruyó nadie y si así fue, fueron de nuevo restaurados, pero más pronto o más tarde serán abandonados y sustituidos por sistemas más modernos.
Nada es para siempre, por mucho que en este momento vuelva a estar de moda utilizar el viento para generar electricidad.
RAFAEL FABREGAT
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