19 de abril de 2016

2071- LOS TAXI BOY.

No, no es un vehículo de alquiler, pero casi. Ser prostituto no es nada nuevo. La foto adjunta corresponde a una cerámica griega del siglo V en la que un hombre mayor solicita sexo a un joven varón a cambio de una bolsa de monedas. Se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York.
No hay nada nuevo bajo el sol. Cambian los nombres o se transforman las cosas pero la esencia siempre es la misma.
Los mismos vicios, los mismos anhelos, las mismas inquietudes...
Ya en el siglo XXI de nuestra era habrán cambiado cien veces los sinónimos de este 'oficio': putero, pinguero, chapero, chichifo, prostituto, chancero, taxi boy, tinieblo... pero todo es lo mismo. Una manera de vivir, algunas veces muy bien, sin tener que agachar la espalda. Al fin y al cabo es lo mismo que las putas, que unas se mueren de asco y otras viven como reinas. Depende de la cabeza y, cómo no, del resto del cuerpo que tenga cada cual.

Algunos de estos sinónimos suenan realmente chocantes. La denominación "tinieblo", una de las más antiguas, no habla de amor porque ni él se enamora de nadie ni nadie de él. Es sexo oscuro, de pago, a escondidas, entre tinieblas. A los ladrones y a los amantes furtivos les gusta la oscuridad. No hay amor, es un pasatiempo, un recurso para gente insatisfecha. Dos amantes que copulan sin amor, sin compromiso alguno. Lo toman, pagan y se van, sin dejar una promesa, posiblemente para no volver jamás. Ya en la antigua Roma Virgilio, Ovidio y el propio Séneca eran gays, como después lo fue el propio Alejandro Magno y miles de personajes notables. Pagar los servicios de un joven y apuesto muchacho para las cuestiones sexuales, era de lo más normal en aquellos tiempos de Dios y de los hombres. Tanto como lo es hoy, si no más todavía...

Decenas de "tinieblos" saciaban los muchos apetitos sexuales de Catalina la Grande, que eran contratados por sus damas de honor y previamente probados por ellas, siendo descartados todos los que 'no daban la talla'. Solo lo mejor y lo más vigoroso llegaba a los aposentos de la zarina de Rusia pues Catalina no quería perder el tiempo en los poco fogosos o mediocramente dotados. Sucedió lo mismo con Josefina, esposa de Napoleón y emperatriz de Francia, que también tenía entre sus "tinieblos" a un apuesto oficial de la guardia personal, que en más de una ocasión hubo de lanzarse por la ventana, so pena de verse sorprendido, en paños menores o sin ellos, por Bonaparte que volvía de sus campañas sin avisar. 

Tras semanas de abstinencia llegaba Napoleón como tigre de Bengala, quitándose la ropa antes de pararse el carruaje que lo traía de vuelta a casa. Ni que decir tiene que la emperatriz Josefina, no sabemos si para bien, hubo de hacer doblete muchas noches pues bien está coger pájaro en mano, especialmente si no sabes si vendrán los que están volando... Allá por Centroamérica Manuelita Sáenz, amante del libertador Simón Bolívar, tampoco paraba quieta. Siempre, claro está, porque 'los hombres de la casa' estaban más fuera que dentro...
Extremadamente fogosa, Manuelita se 'pasó por la piedra' a todos los oficiales de su guardia personal, pues el Libertador paraba poco en casa y todos los cartuchos que se disparan fuera faltan después en la recámara. También se dice que la reina Victoria de Gran Bretaña, de aspecto tan serio y austero, se relajaba día sí y otro también de sus problemas de Estado con su Primer Ministro. En fin, problemas menores pues ya se sabe aquello de que "de las cosas del pito, Dios se ríe un poquito..."

Esto de los tinieblos, chanceros, o pingueros ha sido históricamente más que habitual. Hoy, cuando hasta los chinos emplean anglicismos, los prostitutos se llaman "taxi boys" pero se trata al fin y al cabo de más de lo mismo. Hombres gay (o no gay) y mujeres solas o insatisfechas que necesitan que alguien les dé "un repaso" de vez en cuando. 
A la pregunta ¿el taxi boy nace o se hace? creo que ambas respuestas son igualmente válidas. Está claro que cuando un hombre (o una mujer) joven se acuestan con viejos y asquerosos borrachos por dinero, sin que nadie les obligue a ello, es porque están muertos de hambre o porque tienen muchas agallas. Si tienen agallas es porque han nacido con ellas y si es por hambre... creo que hay mil y una maneras de ganarse la vida y difícilmente la prostitución tiene el por qué ser la única forma de llenar el estómago.
El taxi-boy que acudió a la cita con la cliente de la derecha huyó presa de un shock séptico. Todavía lo están buscando...

RAFAEL FABREGAT



No hay comentarios:

Publicar un comentario