10 de abril de 2016

2062- LA ESTAFA DE DOÑA BALDOMERA.

Lo llamamos así porque así se llamaba su inventora, una pícara madrileña más peligrosa que serpiente de cascabel en mitad del desierto de Gobi. Se trata simple y llanamente del Timo de la Pirámide, una estafa que se sustenta de castillos en el aire, sin actividad ni inversión alguna que garantice la recuperación del capital invertido y menos aún sus intereses. El supuesto beneficio se paga inicialmente del dinero de aquellos que invierten después de ti por lo que, en principio, el "negocio" funciona al haber muchas entradas y pocas salidas. Al poco tiempo resulta difícil encontrar nuevos despistados que acepten entrar en el negocio y la 'pirámide' se desmorona al ser mayores las salidas que las entradas. Se acabó el dinero, se acabó el negocio.

Aunque las pirámides egipcias estaban construidas desde miles de años atrás, la avispada Baldomera, hija del escritor y político Mariano José de Larra, tuvo su inspiración en estas históricas construcciones para en 1876 crear un negocio del que solo unos pocos tuvieron pingües beneficios. Para el inversor el negocio consiste en multiplicar el dinero invertido en un plazo relativamente breve de tiempo, tan breve como lo que le costara encontrar a varios amigos o conocidos que acepten entrar en esa 'rueda de la fortuna'. Como en principio los primeros inversores van cobrando, es fácil propagar una estafa que no se muestra como tal puesto que los primeros inversores siempre cobran. En toda clase de timos siempre tiene un papel importante la avaricia del jugador. La tal Baldomera empezó el negocio diciéndoles a los primeros asociados que participaban en la explotación de una mina gestionada por su marido en un país africano, pero esa mina nunca existió. El interés prometido por el "nuevo banco" era de una peseta mensual por cada 20 pesetas depositadas, o sea, el 60% anual. 

A pesar de no poner anuncio alguno, las imposiciones de amigos y clientes no se hicieron esperar y en la sede de su entidad bancaria, situada en el desaparecido Teatro España de la calle de la Paja, la gente hacía cola para poder ser atendida. No había que ser un lince. El negocio era tan claro que muchos agricultores vendieron tierras y yuntas para ponerlo todo en el negocio de los intereses y hasta incluso esos mismos intereses. Hasta algunos niños llevaron allí el dinero de sus huchas. La "Doña" cumplió a rajatabla durante meses lo acordado y nadie podía creer cómo lo conseguía. Entre Mayo y Octubre de 1876 Baldomera de Larra y Wetoret pagó a sus clientes cerca de seis millones de reales y locos de contento los clientes de medio Madrid acudieron en masa a depositar su dinero. 

El 4 de Diciembre de aquel mismo año la "pirámide" de Doña Baldomera se derrumbó cuando el primero de aquellos miles de clientes quedó sin cobrar su mensualidad. A él le siguieron todos los demás, porque en eso consiste la estafa. Cuando los gastos superan por primera vez a los ingresos el supuesto Banco desaparece sin dejar rastro y todo lo pendiente de pago es el beneficio real de su inventor. Estos sistemas no dan señales de deterioro, sino que cierran de golpe. Al impago de la primera cantidad sus creadores han desaparecido.
Una noche, tras presenciar un espectáculo de zarzuela en su palco privado, Doña Baldomera cogió los 7.000.000 de reales que había amasado en los siete meses de actividad 'empresarial' y ordenó a su cochero que la llevara a la estación donde cogió el tren de Francia con destino Suiza. Las autoridades ordenaron su búsqueda y captura, pero no sirvió de nada. Creyéndose a salvo regresó dos años más tarde a Madrid, pero fue detenida y encarcelada. Finalmente cayó enferma y murió sola en el hospital, pero sus 'clientes' jamás recuperaron sus dinero. 

Ojo pues a este tipo de cosas. Toda entidad que ofrezca altos beneficios, sin actividad alguna que justifique sus ganancias es, como mínimo, sospechosa de fraude. Ni apalancamientos ni frases extrañas que el inversor desconozca. ¿Cómo negociar con 1000 euros si solo tienes 10?. Solo de un estafador es imposible escapar: del Estado. La mayoría de los países del mundo tienen establecido un obligatorio Sistema de Pensiones o Seguridad Social, una estafa piramidal de pago obligado para todos los trabajadores, autónomos o asalariados. Hasta unas décadas atrás, eran muchos a pagar y pocos a cobrar... La gente moría relativamente pronto, había trabajo y no se daban 'ayudas sociales' una vez acabado el plazo de prestación por desempleo. Ahora se paga todo eso y la gente vive más. ¿Qué pasará cuando sean más los que cobren que los que paguen?. Yo se lo diré: La 'pirámide' de Doña Baldomera se desmoronará...

RAFAEL FABREGAT

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