7 de abril de 2016

2060- EMIRATO DE DUBÁI.

Dubái es uno de los siete emiratos que conforman la Federación de Emiratos Árabes Unidos y al mismo tiempo el nombre de la ciudad-capital del mismo. El emirato tiene una superficie de 4.113 Km2., está situado en la costa del Golfo Pérsico y limita con los emiratos de Abu Dabi, Sharjah, Ajmán y Ras-al-Jaima, así como con el sultanato de Omán.

Poco tiene que ver la fotografía de la derecha con la que encabeza este post, pero se trata de la misma ciudad de Dubái 50 años antes, un mundo bien diferente en el que el petróleo no tenía presencia ni protagonismo. Miseria, desolación y hambre, en un territorio de sol abrasador y sin otro recurso que lo que se conseguía arrancar al mar. En un enclave totalmente desértico, los primeros habitantes de la zona se dedicaban a la pesca y comercio de perlas, actividad desarrollada hasta bien entrado el siglo XX. 
El descubrimiento de petróleo en 1960 supuso el cambio radical de su economía, lo que provocó la independencia del Reino Unido a la que se vio abocado durante los dos siglos anteriores. Una década después 'nació' la Federación EAU de la que el petróleo es fundamento principal de su PIB.

El Gobierno se rige por medio de una Monarquía Constitucional, encabezada por el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktum, dinastía que gobierna el territorio desde que el clan invadiera Dubái en 1833, procedentes de Abu Dabi. El petróleo y la diversificación de recursos propicia al emirato un PIB que supera los 400.000 millones de USA$. La mayor parte de la población son trabajadores extranjeros. 
Solo el 6,8% de los trabajadores son dubaitíes. Todo trabajador que pierda su empleo tiene 45 días para encontrar otro u obligatoriamente tiene que abandonar el país. Aparte del petróleo, generan importantes ingresos la construcción, el comercio en zona franca, los servicios financieros y el turismo. En este último aspecto destacan los hoteles de super-lujo y los complejos turísticos en islas artificiales. Así es este mundo, en el que nadie sabe qué puede pasar mañana. 

Sobre su cultura cabe decir que está fuertemente influenciada por el islam de las sociedades árabes y beduinas, lo que se refleja especialmente en su vestimenta y gastronomía. Especialmente las mujeres, pueden ir (y van) vestidas interiormente con ropas occidentales de las marcas más prestigiosas y las joyas más recargadas, pero exteriormente deben ir totalmente cubiertas y sin transparencia alguna, lo cual se consideraría indecente. También las mujeres extranjeras que visitan el emirato en calidad de trabajadoras o turistas deben tener un cierto recato a la hora de vestirse. 
En edificios gubernamentales o administrativos, policía o vigilantes pueden vetar el paso a toda persona vestida de forma incorrecta según el islam. Especialmente en días de Ramadán estas normas se vuelven más estrictas si cabe y se editan folletos tachando las ropas no autorizadas. Como es fácil suponer, el uso del bikini solo está autorizado en las playas privadas de hoteles y urbanizaciones. Con estricta aplicación del islam, es delito grave la homosexualidad, que puede incluso ser penada con la muerte, de la misma manera que besarse en público puede llevar a la deportación. También está penada la prostitución, la introducción de productos del cerdo y el material pornográfico. El alcohol está prohibido para los autóctonos, pudiendo los extranjeros solicitar una licencia de uso. En fin, un sitio bonito al que no es necesario viajar. 

RAFAEL FABREGAT

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