27 de noviembre de 2010

0208- ¡GRACIAS A DIOS Y A SAN ANDRES!.

No hay enfermedad que cien años dure (ni cuerpo que lo resista). A todo cerdo le puede llegar su San Martín. Solo hay que saber esperar. Un proverbio chino ¡y mira que son listos ellos! dice: "Ten paciencia y no busques venganza en quien te calumnió, limítate a sentarte a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo".
Bueno, tampoco es eso, porque para que el proverbio se cumpla, has de tener mucha salud y vivir en la calle que va hacia el cementerio y ni una ni otra cosa se cumplen en mi caso. Paciencia sí he tenido, toda una vida; pero que no me tiente porque ahora, sin duda, no la tendré. La salud escasa, pero aquí estamos; en cuanto a la calle en la que se ubica mi casa... ¡en dirección totalmente contraria! Claro que, si vivo suficiente... ¡en la plaza de la iglesia hay un banco público, donde poder esperar a que pase!

Por fin el apóstol ha bajado del cielo y ha puesto orden en el caos existente. La cordura ha vuelto a las cabezas de los gobernantes de Cabanes y la Feria, nuestra antiquísima y querida "Fira de Sant Andreu", luce orgullosa su 503 edición, para satisfacción de todos los cabanenses de bien y envidia de alguno de los pueblos vecinos. A las 20,00h. del día de ayer se procedió a la inauguración por parte de las autoridades.
En los folletos y carteles que anuncian el evento, luce resplandeciente la denominación "503 FIRA DE SANT ANDREU". De aquella expo-agrícola, que este año pretendía figurar con el numeral 37, solo queda un viejo rótulo que, por no hacer agravios innecesarios, las autoridades han seguido colgando en una de las bocacalles de la localidad y que el 99% de los visitantes no llegarán a leer. A la "apisonadora" se le van estrechando los caminos. Las manzanas cuando están maduras caen del árbol y si están podridas, más pronto aún.

Como cada año, cientos de puestos de todos los productos imaginables están en esta feria. No ya la dura maquinaria para el trabajo del campo y la gran oferta de vehículos, nuevos y de ocasión que es lo habitual en feria de estas características, sino todo lo imaginable en cualquier mercado de carácter comarcal. Ante las dificultades por las que atraviesa la agricultura, los visitantes miran de pasada los puntos de venta relacionados con el campo, no así en los de alimentación, juguetería, turrones y también en los de ropa o calzado. La atracción de esta feria es justamente lo variopinto de la oferta en sí. Cualquier cosa es posible encontrarla en la "503 Fira de Sant Andreu, de Cabanes". Desde unas monedas antiguas o una plancha de carbón, hasta un buen caballo, una chimenea para el más distinguido salón, o el último modelo de coche de cualquier marca; ya no hablemos de la notable oferta que hay en el sector de la alimentación artesana y ecológica... Los mejores jamones y chorizos montañeses, los quesos de cabra y oveja al romero, los embutidos de ciervo o javalí, la cecina de Salamanca y la miel de la Alcarria.

Cabanes, ya se sabe, lo tiene todo y "La 503 Fira de Sant Andreu" también. Ocho calles y dos plazas, una exclusivamente de atracciones para niños y jóvenes, participan directamente en la Feria, con un número de expositores que rondará el medio millar. La población, de apenas 2.500 habitantes, está totalmente ocupada (conquistada, diría yo) por la feria o por los coches de los visitantes. Las panaderías agotan el pan, los bares no dan abasto, los restaurantes colapsados; almorzar en nuestro emblemático Bar Tony es mucho más difícil que comprar un tractor. El solo hecho de caminar por la feria ya es difícil, pero no digamos lo que cuesta que te den la vez en alguno de los puestos, especialmente en los de comida. Estaremos en crisis, pero la gana de comer todavía no la hemos perdido. Es un agradable caos; nada que ver con lo que uno puede ver en otros municipios que intentan seguir nuestros pasos pero, claro, es que vamos ¡cinco siglos delante!

En cuanto a la repercusión de nuestra Feria en los medios, es de destacar el descaro con el que el corresponsal del diario provincial Mediterráneo en Cabanes (J.H.) plagia el contenido de mi Blog para dar un detalle simpático de la Feria. Para comprobar este hecho solo hay que abrir mi
entrada "Cabanes y la Fira de Sant Andreu" de fecha 23 de Septiembre del presente año 2.010...
-ETIQUETAS: Cabanes, Escasez de medios, Historias Locales, Nostalgias-
y compararlo con el artículo en cuestión.
Cuando uno no tiene ideas propias, busca y copia las de los demás. Con el título "Recuerdos imborrables" (pág. 40 de dicho periódico) este energúmeno, usa el contenido de mi Blog para hacer un artículo más con el que lucrarse. Un elemento con carrera (de bicicletas y con la meta amañada, según se dijo en su tiempo) es incapaz de poner en el periódico algo de interés sin tener que mirar lo que otros escriben. No pasa nada, yo también escribo utilizando fuentes diversas, pero yo lo digo y además no cobro.
Para mí esa rata (mitja) hace más de cuarenta años que está muerta por lo que, aunque se trate de un roedor sin entrañas, me resulta raro que se dedique a plagiarme justamente a mí, un analfabeto que para él se supone que debería estar muerto, como muerto está él para mí. A eso y a más, llega su falta de escrúpulos. No soy yo el único cadáver que ha dejado en el camino, hay más, muchísimos más. Si llega la ocasión ya se verá. Yo solo soy uno más de su larga lista de víctimas.
Concretamente aquel desgraciado inexperto al que, sabiendo que no tenía pruebas con las que defenderse, con una maldad inusitada arruinó su vida sin piedad alguna, por el solo hecho de haberle negado el protagonismo que pretendía en el Festival de Levante, sin corresponderle. Aquel imbécil, que en un acto de confianza y por no discutir con nadie, permitía que Secretario y Tesorero de la Asociación Juvenil camparan a sus anchas, guardando los libros de Actas y de Caja en su casa, sin que ni uno ni otro tuvieran anotadas una sola página, como era la obligación a la que se habían comprometido... "Mea culpa" lo sé, pero no por robar como la rata divulgó (puesto que cogí la Asociación con 350 pesetas y la dejé con 7.500 sin apenas socios que pagasen su cuota) sino por permitir lo que no podía permitirse. Incapaz vale, siempre se puede hacer mejor, ¡pero ladrón no!.

Aquel desdichado, al que esa rata con una vileza sin límites calumnió arrastrando su nombre por todos los bares y tabernas de la localidad, actualmente tiene sesenta y dos años, tiempo, medios y poco que perder.
Todos sabemos que no hay vuelta atrás, que aquella vida arruinada ya no tiene solución, pero nunca es tarde para repetir el escándalo si llegara el caso, esta vez en el juzgado. Entonces eran otros tiempos; el acusado tenía que demostrar su inocencia y los libros de Secretario y Tesorero estaban en blanco. Ahora, afortunadamente, las cosas han cambiado y es el calumniador quien tiene que demostrar con pruebas el delito del que habla o habló. Mi memoria es buena y, si llega el caso, hay testigos que gustosos dirían lo que se dijo y lo que se calló.
Nadie y menos yo, se explica como todo un pueblo pudo permitir tamaña felonía. Nadie y menos yo se explica que, siendo inocente de todo aquel veneno que la víbora inyectaba en los corrillos ansiosos de podredumbre que enfervorizados le escuchaban, no le rompiese las costillas a garrotazos.

Cuando quiera y públicamente, hablaremos de cuanto entonces aconteció y de los motivos que lo provocaron. Una vez puestos, profundizaremos también en lo que ha sido la trayectoria personal y profesional del acusado y del acusador, a lo largo de la vida. En los pueblos todo se sabe y la vida pone a cada uno en el lugar que le corresponde.
Mucho se ha hablado de sus abusos de poder y de los "cadáveres" que ha dejado en el camino; de su etapa de director del colegio y de su expulsión por parte de las autoridades educativas provinciales, refrendada públicamente por éstas en acto convocado en el salón municipal de la calle Hospital de Cabanes que (suavemente) dieron como motivo "la falta de confianza" que tenían en su persona y en sus actuaciones como director; mucho se habló en Cabanes del negocio abierto al amparo de su cargo y sus consecuencias en caso de ser o no cliente de su librería. Si con todo eso no tiene bastante, hablaremos públicamente también de sus años de gloria en la Consellería, al tiempo que corresponsal de periódico "en la sombra" por incompatibilidad con cargo público, etapa en la que firmaba sus artículos con el nombre de sus hijas; de su interés en entrar en política y, ante el rechazo de los partidos locales en aceptarle, de su imposibilidad en crear una candidatura independiente por falta de adeptos... La lista es larga, podremos hablar de otras muchas "lindezas"(...) profesionales y hasta incluso de las "personales", que hoy me guardo en el tintero para no enseñar todas las cartas.

Actualmente cientos de jóvenes, mis hijas también, tienen importantes carreras y no precisan que nadie anteponga el "Don" a su nombre de pila. En aquellos tiempos oscuros, de miseria e ignorancia, un simple "maestrillo" de escuela primaria y especialmente si se dedicaba a lamer culos por la capital, era una autoridad y se le trataba de Don. Aunque fuera una rata de alcantarilla, sus palabras eran ley sin importar que escondieran la maldad y la mentira. Ayuda y mucho el rodearte de tarados que, como inanimadas marionetas, bailen al son de tu música. Esto último y la predisposición natural que tiene la humanidad a ser altavoz de la difamación y susurro de las virtudes, es lo que ya sin duda alguna convirtió a la rata en "rey y señor" pero, en su caso, ambas cosas en minúscula, en cursiva y entrecomilladas.
No tengo especial interés en desenterrar el "hacha de guerra" para cargarme a la rata; es tarde y no vale la pena. Como los topos, prácticamente se ha enterrado sola. Para mí es suficiente con ver que ha perdido todo su status y nadie escucha ya sus sandeces envenenadas. Mi deseo es seguir estando muerto para este "personajillo de cuentos de ciego". ¡Pero muerto de verdad!. Si casualmente nuestras miradas se cruzan por la calle, espero no ver la sonrisa de hiena arrogante en su cara, porque no respondo de cual sea mi reacción. Aquella jugada le salió bien, pero es mejor que me tenga por muerto... Son muchas las páginas que quedaron por escribir de aquel episodio que, como he dicho antes, muy bien podrían completarse hoy con datos sobre la trayectoria personal y profesional del inventor de la trama.
Ya sé que es demasiado tarde para resucitar muertos, pero ¡que no tiente a la suerte! Además de la razón, tengo los amigos que una vida sin protagonismos me ha proporcionado, la capacidad de 62 años de vida dedicada al trabajo y a la familia, medios económicos y tiempo... ¡todo el tiempo del mundo!. Él, por el contrario, lo único que ha dejado son muchos "muertos" tirados en la cuneta, que gustosos colaborarían para que algunas verdades resplandeciesen.

EL ÚLTIMO CONDILL

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