2 de marzo de 2015

1679- ONANISMO Y CEGUERA.

ADVERTENCIA.- Este post puede herir ciertas sensibilidades. Mejor pase al siguiente...
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Durante el franquismo y en otras épocas donde la religiosidad mal entendida quería disimular los verdaderos males de la sociedad, se decía (entre otras muchas tonterías) que la masturbación provoca ceguera pero, desde el punto de vista médico, no hay la menor posibilidad de efecto negativo. No me cabe en la cabeza qué mal podía causar a la sociedad y a sí mismo quien se dedicara a tales prácticas que, por lo común, era el 99% de todos los chavales, puesto que es probable que hubiera de forma permanente un 1% que tuviera la mano o el brazo roto por alguna caída, o bien tuviera atrofiadas las manos por causa de la polio o alguna enfermedad degenerativa que, lamentablemente, de todo ha de haber en la viña del Señor.


Afortunadamente lo de la ceguera, nada de nada y bien que debía saberlo el inventor de tal malediciencia que sin ninguna duda sería el que más pajas se hacía. ¡A no ser que le sobrasen las monjas, que también...! Demasiado sabemos de las cosas que pasaban por los conventos de la época y de otros muchos anteriores en el tiempo, que fueron cerrados por haber sido convertidos en auténticos prostíbulos y abiertos después, haciendo caso omiso a todas las atrocidades allí cometidas, como si no hubiera una historia detrás para recordarlo por los siglos de los siglos. Ay, Señor, Señor. Cuanta soberbia y cuanta maldad se ha llevado a cabo en Tu nombre, o amparándose en el mismo. ¡Y es que no hay nada como las "pelotas de fraile...! Las de pastelería, quiero decir...


En fin, para quienes no estén muy documentados sobre este aspecto de la sexualidad masculina y femenina, puesto que también las mujeres lo practican hasta la extenuación, hemos de señalar que lo de masturbarse es palabra vulgar y de mal gusto. La gente más refinada lo llama onanismo por ser "Onán el Bárbaro", rey de Pajonia, no el inventor pero sí el que dio nombre a este acto de autocomplacencia sexual. Resulta que el tal Onan se hacía 300 pajas al día y a través de su magistrado hizo de este acto una especie de culto al relax, que se aconsejaba no menos de 20 veces al día (!) a fin, sin duda, de que el pueblo estuviera bien relajado y sin ánimos para revolucionarse. 


El problema es que en este mundo, más dominado por el Demonio que por Dios, no hay nada que no lleve su lado negativo... Con tanta paja, el esperma de los ciudadanos bajó de cantidad y calidad hasta el punto de que las mujeres no quedaban embarazadas y el pueblo de Pajonia desapareció de la faz de la Tierra. Ya en el siglo XVIII de nuestra Era el arqueólogo inglés Lord Mastur Bate (lo del nombrecito será broma, ¿no?) halló las ruinas del Templo de los pajeros u onanistas y en ellas un papiro con las leyes reales. Nuestro Lord quedó tan impresionado con el hallazgo que a partir de aquel momento siguió las enseñanzas del rey de Onan hasta el punto de hacerse también famoso por sus "proezas" manuales.

En las últimas décadas la autocomplacencia sexual femenina ha experimentado tanta aceptación que, aunque no llega a los niveles masculinos, las encuestas indican que ya se practica de forma habitual en el 89% de la población femenina. Pasados los tiempos en que este acto era visto como vicio y perversión, en la actualidad la masturbación se considera una forma sana de relajación normalmente aceptada por la sociedad en general. De todas formas, debido sin duda a la mayor libertad y a la precocidad en las relaciones sexuales entre adolescentes, la masturbación ha bajado notablemente y los datos indican un 94% para los hombres y un 63% para las mujeres, aunque esta última cifra será sin duda mayor puesto que ellas todavía son reticentes a reconocer estas prácticas. 


La masturbación siempre ha sido vista como algo feo y vicioso. Está claro que cuando el sexo se practica en pareja es doblemente satisfactorio y completo. Pero si no hay pareja... Lo de la masturbación es una buena solución, una válvula de escape, cuando no hay pareja con la que practicar sexo. Nada más. Algo que viene de muy antiguo... Tribus y culturas antiquísimas ya practicaban la masturbación. Hace más de dos mil años atrás, las mujeres hindúes ya tenían penes artificiales y los hombres muñecas con aberturas vaginales hechas con diferentes frutas. Los chinos no aceptaban la masturbación masculina por la pérdida de "sustancia esencial", pero sí la de las mujeres con la introducción de bolas en la vagina que parece ser les produce un gran placer al caminar. 

Y más placer aún cuando se mueven estando sentadas...
¿Será por eso que hay mujeres que siempre las ves alegres y divertidas?. No, sin duda no será por eso... 
Lo que sucede es que los que tenemos la desgracia de ir por la vida con el semblante serio tenemos envidia. Eso, eso es lo que pasa sin duda. 
Pero, claro, si no eres mujer... ¿donde te pones las bolas chinas?. Total, que habremos de sustituir las bolas chinas, por chinas en bolas... Eso, eso tendremos que hacer.
Naturalmente a quien le haga falta, claro, porque los que tenemos mujer y guapa, no necesitamos todas esas cosas. Ni las muñecas con fruta, ni las bolas, ni las chinas. 
Bastante fogosas son ya las españolas, como para que los hispanos necesitemos todos esos artilugios...

RAFAEL FABREGAT

NOTA.- La chica de la foto solo está por guapa
y por la simpatía que irradia. Las "bolas" sin duda no debe echarlas de menos.

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